De cabeza

¿En serio la culpa de todo la tienen los jueces? Menos terremotos, más cabeza, por favor.

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Hace poco menos de dos años, el árbitro Andrés Cunha recibía amenazas de muerte por mail. ¿El motivo? A los hinchas de un cuadro grande no les había gustado cómo arbitró el fin de semana. Lo acusaban de ladrón y de ser responsable de la derrota, en aquel caso ante Liverpool.

Hace escasas horas, el árbitro Andrés Cunha es víctima de más amenazas y un comunicado oficial pide que lo excluyan de todas las competencias internacionales. ¿El motivo? A los hinchas del otro cuadro grande no les gustó cómo arbitró el fin de semana. Lo acusan de ladrón y de ser responsable de la derrota, en este caso ante Wanderers.

El primero es Nacional y el segundo Peñarol. Da igual. En ambos casos, absolutamente todas sus energías luego de perder contra esos equipos se abocaron a atacar al juez del partido.

El gol en la hora de Rodrigo Aguirre contra Nacional quedó en el olvido y los dobletes de Riolfo y Gastón Rodríguez contra Peñarol también quedarán. Nunca jamás se habló ni se hablará de ellos.

Tampoco se puso la lupa sobre lo mal que jugó aquel Nacional del "Vasco" Arruabarrena, ni sobre las enormes dificultades de juego que tiene este Peñarol del "Polilla" Da Silva.

Todo está mal. Empezando por el periodismo, que lo primero -y casi único- que hace es ir a ponerle el micrófono a los dirigentes; y terminando por esos dirigentes, que aprovechan cada segundo de aire para culpar a los jueces y echar leña al fuego.

Hay una hiperexigencia hacia los jueces, que no la hay hacia adentro. El árbitro no se puede equivocar, de lo contrario es un ladrón. Y si se equivoca varias veces, entonces es un operador del sistema contra mí. Pero nada se dice cuando el que se equivoca es uno de los míos.

Si el lateral se equivoca y manda un centro a la tribuna, o si el técnico le erra en la integración del equipo, se entiende. Errar es humano. Y si sigue tirando centros a la tribuna o sigue sin encontrarle la vuelta al equipo, diremos que es un mal lateral o un técnico incapaz. Pero no que son deshonestos.

El árbitro es una persona más en la cancha y se va a equivocar una y mil veces. Es parte del juego. Si el error cae contra mí, me la tendré que bancar. Y si tengo la desgracia que me caen varias juntas, podré calentarme, pero no prender fuego todo.

Es demasiado miope y simplista decir que está todo arreglado y que siempre pasa lo mismo con ese juez, sin hacer una mínima investigación. O poner a Cunha como el más anti-Peñarol del universo, sin revisar que hace algunos meses lo aplaudíamos por no haber expulsado a Forlán en un clásico.

De Cunha se quejó Nacional en su momento y ahora se queja Peñarol. Según contra qué equipos se equivoque, va variando a quién le hace los mandados. Cunha será un juez bueno o malo (tiendo a pensar que es bueno), pero no tiene sustento decir que está comprado.

Esto no es una defensa a Cunha. Hoy le toca a él, pero el ejemplo aplica para casi todos los jueces del fútbol uruguayo. 

Sí, se comió dos manos claras, ¿y? Le erró feo, tuvo una mala tarde y perjudicó claramente a un equipo. Un equipo que jugó muy mal, ante un rival que tiene un presupuesto infinitamente inferior y que por lo general suele sufrir más los errores arbitrales.

Si ganar cada fin de semana es tan importante, ¿por qué en vez de hacer estos terremotos que no conducen a nada, no trabajan internamente para tener un mejor equipo que juegue bien al fútbol?

¿Por qué no dejan de buscar la paja en el ojo ajeno y, ya de paso, colaboran para que haya menos violencia? Si tanto quieren defender al club como dicen, al menos deberían intentarlo.


... Y no es con violencia, es de cabeza
Que se cumplan las promesas
Los milagros que aparecen los busqué...

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