Los objetivos son otros

¿Cómo trabaja la FUBB en formativas?

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Sudamericano U17 en Salto Foto: FIBA Américas

En Maldonado durante el mes de junio tuvo lugar el torneo Fiba Américas U16, en el que selecciones de todo el continente participaron buscando un lugar en el Mundial de la categoría. Uno de los principales animadores del evento fue la selección de EE.UU. Los norteamericanos se llevaron el título con comodidad y sin derrotas. El segundo lugar fue para Argentina, el tercero para Canadá y el cuarto para Puerto Rico. Hasta allí los clasificados al Mundial. Chile entro en 5º puesto y Uruguay 6º.

Los trasandinos sorprendieron a la celeste con dos victorias, tanto en la serie como en el partido por el 5º lugar. Según manifestó el técnico Fernando Cabrera en repetidas ocasiones antes del torneo, los chilenos eran el rival a vencer para buscar llegar más alto. Si nos guiáramos por eso, podríamos decir que Uruguay fracasó en sus objetivos deportivos.

Sin embargo esa lectura es peligrosa. A mi modo de ver las cosas, cuando hablamos de muchachos de categorías formativas, no podemos basar nuestras lecturas según los resultados deportivos. Debemos analizar si el torneo sirvió para potenciar a las figuras de la selección y proyectar su nivel de juego. Debemos también analizar cómo se trabaja en nuestros clubes a nivel de formativas, ya que esos equipos son en primera instancia los responsables del desarrollo de los jugadores. Y como todos sabemos, estas lecturas no se obtienen a lo largo del torneo, sino que recién aparecerán a mediano y largo plazo, cuando veamos si el desempeño de estos jugadores en los niveles de primera división es acorde al esperado. Las selecciones formativas son eso, formativas. La planificación y el trabajo están centrados en los objetivos a largo plazo como fin último, y si bien un torneo puede ser un objetivo a corto plazo, no debe castigarse a los jugadores o equipos por un mal resultado, sino por su capacidad de trabajar en instancias futuras para revertir esos malos resultados.

Más recientemente, Uruguay U17 tuvo una gran participación en el Sudamericano de la categoría disputado en Salto. En ese torneo, se consiguió una resontante victoria ante Brasil que permitió al público vibrar como en cualquier partido de la selección mayor. La derrota en la final ante Argentina fue una prueba de la realidad. Nuestro país es de segundo orden en Sudamérica. Así los chicos consiguieron un lugar en el Premundial del próximo año, un éxito.

Al igual que en el otro torneo ya comentado, no debemos dejarnos llevar por los resultados. Si bien en este caso la actuación fue buena, un posible análisis es que el plantel fue corto y unos pocos jugadores fueron el centro de todo el juego. Faltó desarrollo colectivo, tal vez por las diferencias técnicas entre unos jóvenes y otros. El camino continuará para todos ellos y se deberá seguir trabajando para minimizar las falencias.

Además, cabe destacar la participación de las chicas celestes en el Sudamericano Femenino de Mendoza, donde si bien los resultados fueron adversos, se consiguió la primera victoria en 29 partidos disputados en la historia del torneo. El basquet femenino es una disciplina que en los últimos años se ha desarrollado en buena forma, pero aún resta mucho camino por recorrer para la inclusión de las mujeres en este deporte. Un ejemplo claro de esto es que no todos los equipos que compiten en Primera División tienen planteles femeninos. Algunos, ni siquiera admiten chicas en las escuelitas para niños en un acto de manifiesta marginación.

Es tarea de entrenadores, dirigentes, jugadores y allegados al basquet, evaluar los resultados a largo plazo, así como también, ayudar a los espectadores a comprender que en una disciplina en la que estamos rezagados con respecto a nuestros pares en el continente, el desarrollo no llega de un día para otro. Por más frustrante que una derrota pueda ser, o por muchas ilusiones que una victoria pueda dar, no debemos juzgar la calidad de un equipo de formativas o sus integrantes por estos parámetros.

En lugar de eso, sería deseable poner énfasis en reclamar a la Federación un proyecto integral de selecciones, que llame a todos los clubes a trabajar bajo ciertos parámetros acordados por ellos, proponiendo las formas y las metodologías que se consideren más ajustadas para el desarrollo de este deporte en nuestro país. Un proyecto que sea además tutelado por autoridades como el Gerente Deportivo de la FUBB (Alberto Espasandín) y cuyos jerarcas sean vistos en las canchas los domingos, cuando se juegan los partidos de formativas, para intercambiar ideas y observar cómo trabaja cada club, para ser la cara visible de ese mostrador.

Hasta entonces, cada institución se manejará según sus propios parámetros y sin un hilo conductor que rija los esfuerzos a lo largo de todo el Uruguay. Hasta entonces, las selecciones seguirán siendo el espacio al que solo accedan los mejores jugadores de unos pocos “clubes modelo”.