El tiempo pasa

Pasó casi un mes y medio y las soluciones se mantienen ausentes.

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María Mello, una de las atletas uruguayas más destacadas (Foto: Marcelo Szwarcfiter)
El pasado 16 de septiembre escribía una nota en el suplemento Tribuna del diario La República, que se titulaba Se acordaron becas para deportistas con vista a los Juegos Odesur, donde hablaba del acuerdo que existió en la Fundación Deporte Uruguay (ámbito conjunto integrado por el Comité Olímpico Uruguayo y el Ministerio de Turismo y Deporte) para becar una cifra cercana a 25 deportistas con vistas al evento de Santiago de Chile.

En la nota explicaba también que la idea es becar una cifra similar de entrenadores para la cita, todos con un monto cercano a los U$S 600 mensuales retroactivas a agosto pasado para la preparación de nuestros atletas.

El suplemento Ovación del diario El País, el 20 de septiembre se hizo eco de esta información y en una nota realizada por el colega Enrique Arrillaga, el Director Nacional de Deportes, Ernesto Irurueta, lo confirmaba y decía: "Van a ser unos 27 los deportistas becados hasta los Juegos Odesur en marzo y también se le brindará un apoyo a los entrenadores, así como también vamos a tomar en cuenta la presencia de los otros competidores que no van a estar becados, ya que son más de 200 los deportistas que representarán a Uruguay".

Hasta ahí, un estupendo paso que ayudaría a los deportistas a crecer, mejorar y llegar de la mejor forma posible a una cita para los que los países vecinos se están preparando desde hace años.

En otra columna que escribí para esta web, comentaba que esta idea surgió en enero del 2013, donde en la primer reunión de la Fundación Deporte Uruguay del año, se estableció que los venideros Juegos Odesur debían ser la gran apuesta a afrontar del ciclo olímpico, en el entendimiento de que “es donde se puede pelear con bases más sólidas por medallas y buenas figuraciones”.

Presente

Todo este introito sirve para comentar que si bien ya fueron votadas y acordadas las becas, siguen sin aparecer tanto para deportistas como entrenadores. Desde aquel mediado de septiembre donde se dio a publicidad esta acción a desarrollar, pasó casi un mes y medio y las soluciones se mantienen ausentes.

Si bien se establece que las becas son retroactivas a agosto, hay un factor que es irrecuperable y es el tiempo que se pierde para poder avocarse a la preparación.

Porque ese dinero que reciben los deportistas, en la mayoría de los casos es utilizado para poder viajar a competir a otros países (con mayor nivel de exigencia), comprarse implementos para desarrollar su actividad, servicios médicos necesarios (no hay cobertura en el deporte de alto rendimiento), alimentarse adecuadamente, costear los viajes internos (movilizarse a los lugares de concentración o entrenamiento) y hasta en algunos casos, dejar de lado ciertas actividades laborales personales para poder entrenar a tiempo completo.

Ese valor que se pierde, este tiempo que pasa, ya no se va a recuperar y eso implica que la preparación sea simplemente la mejor que se pueda en base a las posibilidades existentes y poco más.

Nuevamente depende todo del “amor propio” del atleta, de las chances económicas que este disponga para dejar de lado estudios o trabajos y preparase dignamente para representar el país y enfrentarse con rivales de muy superiores posibilidades y apuestas de nivel mundial.

Quedan solo cuatro meses de entrenamiento puro y duro hasta llegar a marzo (mes de los Juegos) y fueron catorce los meses que pasaron desde los Olímpicos de Londres, en los cuales no se generó esta solvencia de becas para apostar a un ciclo de la forma estudiada y necesaria.

Sin dudas varios celestes tendrán resultados espectaculares en Chile, confío plenamente en eso, pero tengo claro que será por su esfuerzo, ganas y dedicación al deporte que aman y no porque surjan de un apoyo planificado como sucede en el resto de Sudamérica.

Será por el talento propio de cada uno de ellos, ese valor que sigue existiendo y que solo falta un convencimiento de todos en jugarse a desarrollar.