“Sayago se vistió de fiesta, el barrio empieza a palpitar” es el comienzo del himno de la institución y parece que el público se lo tomó al pie de la letra. La convocatoria fue excelente y el colorido propio de un partido que no creemos se pueda denominar clásico, pero seguro le queda bien el rótulo de “especial”. Estaba la gente, los medios de comunicación, el clima ideal, estaba todo.

Lamentablemente Sayago faltó a la cita…

El resultado es contundente (60 – 78) y quienes presenciamos el juego sabemos que el desarrollo pudo tener un final más amplio. No hubo partido. A los 5 minutos la diferencia ya era de 12 puntos y en ningún momento tuvimos argumentos para acercarnos a un cierre parejo. Los motivos fueron varios, especialmente un gran trabajo del rival en la parte defensiva, la buena actuación de algunos jugadores (Diego González a la cabeza) y una mala noche de nuestro equipo, donde apenas se salva Terrence Shelman.

Ahora hay que pasar la página y pensar en el partido del sábado con Malvín. Siempre perder es jodido y seguramente al hincha lo de ayer le dolió un poquito más, pero no hay nada que reprochar. Lo importante es seguir sumando, no perder de vista el objetivo y evitar rendimientos que nos impidan pelear los juegos.
 
Por otra parte, vale destacar la actitud con la que se encaró el partido por parte de ambos clubes, dejando de lado la violencia y buscando evitar cualquier tipo de problema. La mayoría de la gente tomó el mismo camino y la noche finalizó en paz. Ojala este comportamiento se mantenga y no debamos resaltar conductas normales, como el respeto por el rival o la felicitación ante un triunfo.

Avisos parroquianos

Solicitamos por favor a la empresa Tenfield S.A. que no vuelva a televisarnos en lo que resta de la fase clasificatoria de la LUB.
¡Cada vez que van nos ganan por 20!