El Metro es

La columna del hincha de Montevideo BBC nos explica qué es el Metro, luego de asimilar el descenso y tener que estar jugándolo.

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Y un buen día volvieron las columnas del Rojo del Mercado. La ausencia no se debió más que a una simple cábala de quien escribe que iba a durar lo que el invicto de Montevideo durase, además de no querer cargar con la responsabilidad de ser yeta. Por otro lado, pasé por horas y horas de psicólogo para entender y lidiar con el cambio de pasar de jugar la Liga Uruguaya al Metropolitano.

Así como Sabrina La Bruja Adolescente le dedicó un capítulo entero a la frase: “Mitosis es…”, personalmente puedo decirles que en siete fechas de Metropolitano aprendí que el Metro es:

En primer lugar, un torneo donde jugadores con cara de albañil, manos de mecánico o culo al aire cual sanitario, juegan al básquetbol.

En segundo lugar, si escribo “básquetbol” castellanizado, es porque el Metropolitano no admite palabras en inglés.  El “pick and roll” o “screen” de Pablo López en Malvín, es “Cortina” en boca de cualquier técnico; el “foul” de la gente de Trouville, es “fau” para cualquier hincha de la tribuna; el “Gatorade” de Villa Biarritz, se traduce como “Agua…y si es transparente mejor”. Puede que tenga gusto, pero la transparencia es la característica que más debe predominar.

En tercer lugar, el Metro es para la botijada Sub 23 de la Liga, lo que para las jovencitas es irse de viaje de fin de año a Camboriu y tener sexo. Es el momento en el que se pueden mostrar tal cual son y dejar salir a la loca desenfrenada que llevan dentro, corriendo de arriba abajo, saltando, dejándose llevar por su intuición y líbido. Y lo que es más importante lejos de la supervisión de técnicos bilingües con experiencia que prefieren decir “set up the screen” a decir “no me importa que el piso sea de bitumen, te tiras igual de cabeza”.

Por último, nos da la chance de ver hinchadas que inflan globos para después explotarlos. Es como hacer un examen, haber escrito cuatro/cinco carillas, contestar todo, acercarse a la profesora y rompérselo en la cara más o menos.

El Metro es el Metro, y lo mejor es que nos permite durante un par de meses mantenernos alejados de ver al "Pepo" Vidal picando la pelota y haciendo movimientos cual muchacho que está por tener un ataque de epilepsia. Por otro lado, y gracias a Dios, nos mantiene alejados de la barba desprolija de García Morales y más gracias a Dios que nos mantiene muy lejos de la barba prolija de los Osimani.

Lo bueno del Metro es que nos permite ver equipos como Montevideo. Un equipo de barrio, barrio, que si no fuera por el remodelado MAM con güifi por donde camines, impondría el respeto que siempre tuvo la zona del Mercado Agrícola. Dirigido por un señor técnico como Nicolás “Patita” Díaz quien, como si fuera Greg Popovich, prefiere un rebote escoltado por dos codos o un ataque rápido, a dar una entrevista. Acompañado por otro hombre de la casa y ex jugador como Nicolás Arenas y secundados por un gran planillero del cual adjuntamos nota para que sigan subiendo las visitas, ya que el muchacho está próximo a tener familia y hay que mantenerla.

Del equipo no vamos a hablar mucho más de lo que los medios especializados están diciendo. Ya podrán haber visto los cinco renglones de Urubasket describiendo y detallando siempre acertadamente los últimos 20 segundos de cada partido o la nota en Basquetcaliente que incluye a los jugadores posando en situaciones incómodas y obligándolos a sonreír.

Además siempre están aquellos que nos dieron antes de comenzar el Metro como candidatos solamente por detrás de: Unión Atlética, Sayago, Cordón, Golden State, Nacional, Cleveland con Lebron James, España, Larrañaga, Lacalle Pou, Malvín, Argentina de Messi, Cleveland con los otros cuatro que no eran Lebron James y Marne.