Las vueltas de la vida

El trabajo y la paciencia priman por sobre las casualidades y el bolso marcha a paso más que firme hacia el objetivo de recuperar el trono

naciona.jpg
“Ya perdí la cuenta de las veces que te amé” (o algo por el estilo), reza una canción de Extremoduro. Mientras la escuchaba pensaba en el amor. No, pensaba en la cantidad de veces que los hinchas del fútbol hacemos las mismas cosas una y otra vez.

Iban unos 20 minutos del primer tiempo del partido contra Juventud, ganábamos 1 - 0 con un gol de Play Station de Roberto Carlos y el equipo se floreaba como pocas veces se ha visto.

Lo que son las vueltas de la vida, me decía. Cuántos nos acordaremos (entre propios y ajenos) que este equipo de Juventud, junto a San Lorenzo y Lanús de la vecina orilla, fue uno de los que nos ganó “bien” en la pretemporada generando un clima bastante tenebroso para el ambiente tricolor.

Hoy el equipo titular del bolso acaba de perder contra los suplentes, pero como ahora vamos primeros y jugando cada día mejor, no aparecen los eternos inconformistas que no terminan de entender algo que una vez dijo el “Vasco” y que no me caso de repetir:

"Hay equipos de prácticas y equipos de partidos”, que “las prácticas y las pretemporadas son para equivocarse”, y ahí me vienen a la memoria viejas historias que cuentan por ejemplo que Oscar Javier Morales siempre era el último de los entrenamientos, y que después volaba en los partidos.

Digo entrenamiento y me acuerdo de una situación vivida el partido pasado, mientras miraba la tele (ya no me dan los números para ir todos los partidos, al menos los de fin de mes donde la entrada cuesta $200).

Al final del primer tiempo el “cartel” indicaba: "Nacional 1 - Juventud 0. Entretiempo",y yo inconscientemente leí “Entrenamiento”. Debe ser porque fue la imagen que dio el partido, gracias a que los jugadores de Juventud oficiaron de conos, o porque este equipo de Nacional está tan bien laburado que hace todo como si fuera una práctica.

El lateral va al frente, se la da al 10 que se la amortigua en un 2-1 para que este llegue y remate abajo cruzado. El 8 se la da al 9, para que se la dé al lateral que apoya y pica, este se la devuelve y el lateral tira el centro al llegar al fondo, centro que es conectado por el 9 para mandar la bola cerca del palo derecho.

Así juega este equipo de Arruabarrena, simple, al fútbol, atento y concentrado, algo que parece tan sencillo pero que suele ser muy complicado a la vez.

¿Cuál será el final de esta historia? Nadie lo sabe, lo que sí es una buena muestra de que hay que tener paciencia, que hay que dejar trabajar, y que hay que saber diferenciar entre los que improvisan y los que creen en su trabajo. Entre los que mueren con las botas puestas y los que se acomodan a la realidad.

Las vueltas de la vida hacen que este actual cuerpo técnico haya sido parte responsable de la peor campaña de los últimos años, con uno de los mejores planteles, en uno de los más mediocres torneos. Que a principio de año tubo la difícil tarea de “limpiar” a varios ídolos, de acomodar la casa y volver a empezar.

Las vueltas de la vida hacen que hoy este cuerpo técnico, con varios meses de trabajo, sea parte responsable de una de las mejores campañas de los últimos años, en un torneo donde varios están fuertes y que será duro hasta el final.

Donde el trabajo y la paciencia priman por sobre las casualidades y el bolso marcha a paso más que firme hacia el objetivo de recuperar el trono.