Para saber y entender

Tranquilos, que baje el agua, que Almada hable en el vestuario, que la intención sea la misma. Vamos nosotros, los de afuera son de palo.

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Dos puntos menos, esa es la imagen, desde afuera un sin fin de apreciaciones justas e injustas, desde adentro la bronca por no lograr ganar, a la distancia falta mucho y estamos en carrera.

¿Cuánto podemos criticarle a un equipo que no cierra un partido por querer hacer más goles? Nada, absolutamente nada.  River es esto que vimos en la mañana del domingo: un montón de gurises (y no tan gurises) que les encanta tener la pelota en el pie y hacer goles lindos. Ese es nuestro pecado, nuestro pecado es intentar dar pelea en base a atacar con cuantos más jugadores mejor.

Como decía al principio, el que ve desde afuera opina que River es un equipo con poca personalidad, y que empató del susto que tenía.

Aquellos que opinan tan duro concepto no tienen ni idea de que River tuvo dos pelotas en los palos y que Irazún atajó otro tanto claras. Tampoco tienen idea que River durante todo el campeonato jugó igual, a atacar, a copar la cancha rival, sea quién sea.

Es cierto, a veces es desprolijo y poco preciso. Pero si esos mismos que opinan que River es flojito ven el primer tiempo de este partido con la IASA, se van a dar cuenta de que no somos cualquier equipo.

Duele, claro que duele, pero este es el camino, me daría vergüenza ganar como lo hizo Rentistas contra nosotros, nosotros somos otra cosa.

River está a tres puntos del primero faltando cuatro fechas y si las que no entran empiezan a entrar podemos dar pelea. Tranquilos, que baje el agua, que Almada hable en el vestuario, que la intención sea la misma. Vamos nosotros, los de afuera son de palo.