Gracias, porque con pocos recursos y con mucha cabeza se logró transformar la adversidad en ganas, en juego, en actitud y en amor a la camiseta.

Gracias, porque después de la época de Juan Ramón todos pensamos que iban a pasar muchos años para que estemos definiendo algún campeonato, y no pasó tanto tiempo.

Gracias, porque unieron otra vez a la hinchada, estábamos en un pozo, puteando todos los domingos. Este cuerpo técnico logró mancomunar a la gente, en el acierto o en el error, ganando o quedando en la orilla como el domingo.

Gracias, porque por un momento casi hacen que viéramos a River campeón.

Y no es conformismo, no estoy contento con el casi, estoy contento por lo inesperado, porque demostraron que se pueden lograr cosas desde el laburo, se pueden sortear obstáculos sin tener que recurrir a la compra de jugadores para sortearlos.

Amo a River, es incondicional el sentimiento, lo quiero tanto que no me da ni para enojarme con nadie por no haber salido campeón. Ya está, se estuvo cerca, se hicieron muchas cosas bien y fallamos en otras, el fútbol es la vida misma.

Gracias a los que nos hicieron soñar, el camino es este y no otro, de eso estamos todos seguros.

Feliz 2014.