A cruzar la cordillera
Se empiezan a notar mejoras en el equipo violeta, ojalá nos alcance para enfrentar a la U de Chile.
El miedo me corrió de las canchas esta vez. Tras esquivar piedras tres veces contra Peñarol en el Centenario, se me fueron las ganas de ir el viernes. Sin embargo y por suerte, me contaron que no volaron objetos entre las tribunas durante el partido.
Así que desde atrás de la pantalla, puedo identificar mejoras en el juego violeta. Una vez más, Nico jugó bien 45 minutos y no puedo entender como Curuchet no lo sacó para el segundo tiempo. Se cansa y empieza a jugar torpemente (para que luego lo echaran de la forma más infantil posible). En serio, basta de rojas por favor.
Qué lindo el gol de Regueiro. Hacía tiempo que no festejaba un gol con tantas ganas. Todos sabemos que los goles de penal, que son la mayoría de los que ha convertido Defensor últimamente, no se gritan igual. Y por fin ver a un Defensor ordenado, que llega con un excelente pase de “Nacho” Risso para que Mario rematara con ese descaro, es reconfortante.
Al final, aguantarlo siempre es lo que más nos cuesta. Gol de Zalayeta, de nuevo a remarla. Y justo ahí, para hacerlo más entretenido, cayó un penal mal cobrado para cada lado. Para que el partido se cerrara con un arbitraje pésimo, digno del nivel que vienen mostrando. No pudimos llevarnos los tres puntos que hace tanto que precisamos.
Mi cabeza ya está hace rato en el partido del jueves, frente a la U de Chile. Me encantaría que el equipo fuese a pelear con rebeldía, a no bajar cabeza en los noventa minutos y, en lo posible, que vuelva con una victoria al hombro.
Defensor tiene un equipo como para dar pelea. Tiene jugadores de categoría, jugadores de la cantera, jugadores que sienten la camiseta. Necesitamos terminar de encontrar nuestro juego, pero sobre todo necesitamos creer que se puede. Que podemos volver a ganar.
Un amigo me dijo ‘llamame loco ahora, pero el jueves ganamos’. Esa es lo que hay por recuperar, las fe ciega que los hinchas aún tenemos pero que los jugadores parecen haber perdido.
Así que desde atrás de la pantalla, puedo identificar mejoras en el juego violeta. Una vez más, Nico jugó bien 45 minutos y no puedo entender como Curuchet no lo sacó para el segundo tiempo. Se cansa y empieza a jugar torpemente (para que luego lo echaran de la forma más infantil posible). En serio, basta de rojas por favor.
Qué lindo el gol de Regueiro. Hacía tiempo que no festejaba un gol con tantas ganas. Todos sabemos que los goles de penal, que son la mayoría de los que ha convertido Defensor últimamente, no se gritan igual. Y por fin ver a un Defensor ordenado, que llega con un excelente pase de “Nacho” Risso para que Mario rematara con ese descaro, es reconfortante.
Al final, aguantarlo siempre es lo que más nos cuesta. Gol de Zalayeta, de nuevo a remarla. Y justo ahí, para hacerlo más entretenido, cayó un penal mal cobrado para cada lado. Para que el partido se cerrara con un arbitraje pésimo, digno del nivel que vienen mostrando. No pudimos llevarnos los tres puntos que hace tanto que precisamos.
Mi cabeza ya está hace rato en el partido del jueves, frente a la U de Chile. Me encantaría que el equipo fuese a pelear con rebeldía, a no bajar cabeza en los noventa minutos y, en lo posible, que vuelva con una victoria al hombro.
Defensor tiene un equipo como para dar pelea. Tiene jugadores de categoría, jugadores de la cantera, jugadores que sienten la camiseta. Necesitamos terminar de encontrar nuestro juego, pero sobre todo necesitamos creer que se puede. Que podemos volver a ganar.
Un amigo me dijo ‘llamame loco ahora, pero el jueves ganamos’. Esa es lo que hay por recuperar, las fe ciega que los hinchas aún tenemos pero que los jugadores parecen haber perdido.