Juntos es más fácil

Los deportistas y su actitud pasiva.

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Tratar de analizar el momento del deporte previo a una competencia como los Juegos Sudamericanos de Chile (Odesur 2014) implica una tarea nada sencilla y con muchas aristas a abarcar.

Hoy, después de tomarme unos días en los cuarteles de invierno (en este caso de verano), decidí que tenía ganas de escribir sobre un tópico complejo y pocas veces tratado: los deportistas y su actitud pasiva.

Es sabido que, comparado con el resto de América, Uruguay está muy lejos en casi todos los aspectos, dicho por los mismos dirigentes que comandan el COU, Ministerio y Federaciones.

Esto hace que cada deportista que consiga algo, una buena figuración, medalla, clasificación o al menos una participación internacional con buen destaque, tenga un mérito personal muy importante. Pero también es cierto que el colectivo no está al nivel de dicho esfuerzo.

¿A qué vamos? En el resto del continente los deportistas se mueven como unidad, juntos, y son ellos quienes se hacen valer a la hora de las decisiones trascendentes que los tienen como principales protagonistas.

Chile, Colombia y hasta Perú son claros ejemplos de ello, donde en forma mancomunada, atletas, rugbiers, ciclistas, nadadores, jugadores de voleibol, hockey, handball, entre otros varios deportes, se aúnan para pelear por el crecimiento del alto rendimiento en su totalidad y no por uno puntual y particular.

Se deja de ver la “chacrita” propia para poder pelear por un colectivo, ganando de esa forma peso en las decisiones y generando espacios de diálogo muy interesantes en un camino de crecimiento constante, que a veces aquí es difícil de alcanzar.

Mirar cómo le fue en la “feria” a cada uno para ver qué hacer o qué posición tomar, es una actitud que termina sesgando las posibilidades de todos en general. A veces el colectivo debería imponerse por sobre lo particular, porque redunda en 0 beneficio para todos y marca un camino a futuro que impulsará el mejoramiento del conglomerado y no de este o aquel deporte.

Avanzar

Muchas veces he escuchado que a los deportistas no se los escucha, y es algo en lo que quizás la mayoría de las veces les asiste la razón, pero es más fácil abrir esa puerta de forma grupal que de manera particular, donde se marcan posiciones individuales ante un resultado adverso o simplemente al chocar con una realidad que marca las lejanías actuales en que se va a competir.

Para lograr esto, es clave también la figura de los exdeportistas, quienes ya pasaron por el camino del alto rendimiento y pueden guiar, sin temor a reprimendas o malas caras por parte de quienes reciben las propuestas o pedidos en torno al deporte.

Su experiencia, el camino recorrido y las posibilidades de mejorar las condiciones para los que vienen detrás, también son un valor que ellos deben propulsar para no dejar en soledad a aquellos que hoy pasan por lo que ellos vivieron.

También debe partir la unión desde los referentes del alto rendimiento actual, quienes deben ser el “motor” de ese camino colectivo de crecimiento, generar y ser fuertes en grupo y hacer sentir su opinión, porque, de una forma u otra, son los protagonistas y centro de criticas y elogios ante buenos o malos resultados.

Si no, todo quedará en lo de siempre. Cuando nos toca, agradecemos y somos felices. Y cuando no, protestamos por lo que debería ser y no es.