Santo Thomas
Con tremendo partido de Eryk Thomas, rompimos la racha y ya pensamos en Malvín. ¡Tranquilo el Goes!
Tiempo tuvo que pasar para que resonara, esta vez en cancha de Welcome, “¡el Goes una vez más, ra ra!”. Volvimos a ganar después de diez partidos, y lo necesitábamos todos: jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y fundamentalmente los hinchas, que en cada partido llenamos la cancha y no paramos de alentar.
Y sufrimos, pucha que sufrimos. Pasaron partidos parejos, luchados hasta el final y que perdimos ahí nomás; el otro día contra Olimpia, con Hebraica en Cordón, con Atenas mismo… Pasó el golpe tremendo del clásico, que fue como un marronazo en la nuca.
El quiebre
Había que ganar como fuera, era cuestión de que el equipo recupere la confianza, que labure tranquilo un par de días. Había que ganar como fuera, jugando mal o peor, pero había que ganar. Y, sudando la gota gorda, ganamos.
Sobre el partido contra Olimpia, ¿qué decir? Arrancamos bárbaro y nos fuimos cayendo, cometiendo infinidad de errores que parecía que de nuevo nos iban a costar el partido. Pero este equipo demostró, en el último cuarto, que tiene unas ganas tremendas y que tiene la camiseta puesta a cara de perro.
Porque Matías repuntó, porque a Demian le salieron las cosas y porque Thomas la descosió. Enorme lo que hizo el yanqui, metiendo de afuera, penetrando, reboteando y mordiendo cada bola como si fuera la última. Como nota gris hay que apuntar un nuevo técnico a Lovera, que tiene que bajar la pelota al piso si no quiere que esos errores nos cuesten partidos.
El rojo marca su sangre
Párrafo aparte merece Demian Álvarez. Fue tremenda figura en el arranque de la Liga, y luego decayó, junto con el resto del equipo. Pero, después de lo que fue el partido de ayer, quedan claras dos cosas: que tiene unos huevos tremendos, como nos gusta a los misioneros, jugando con un ojo solo durante todo el partido (había que ver cómo tenía el ojo derecho, hecho guasca); y que siente la camiseta del Goes como también nos gusta. La descarga de la bronca sobre el final del partido fue la muestra clara de eso, de sacarse la espina de no poder ganar, de las ganas de dejar a Goes donde tiene que estar.
Salado
Complicado lo que se viene. Primero, porque todavía hay que liquidar la serie con Olimpia, que no va a ser fácil. Y segundo, porque en cuartos espera Malvín, el mejor equipo del año y que es casi la Selección Uruguaya. Pero no está muerto quien pelea, y más aún ahora, que cuando varios nos daban por muertos les hicimos acordar que acá estamos, vivitos y coleando, para seguir molestando un poco más.
Seguiremos llenando la cancha, gozando y sufriendo por la camiseta más linda del mundo, dándole para adelante a este plantel que, laburando a pico y pala, está dejando todo por el Goes. Quédense tranquilos que la hinchada siempre va a estar.
¡Tranquilo el Goes!
Muy buena Thomas, a seguir con todo en los partidos que se vienen!
Y sufrimos, pucha que sufrimos. Pasaron partidos parejos, luchados hasta el final y que perdimos ahí nomás; el otro día contra Olimpia, con Hebraica en Cordón, con Atenas mismo… Pasó el golpe tremendo del clásico, que fue como un marronazo en la nuca.
El quiebre
Había que ganar como fuera, era cuestión de que el equipo recupere la confianza, que labure tranquilo un par de días. Había que ganar como fuera, jugando mal o peor, pero había que ganar. Y, sudando la gota gorda, ganamos.
Sobre el partido contra Olimpia, ¿qué decir? Arrancamos bárbaro y nos fuimos cayendo, cometiendo infinidad de errores que parecía que de nuevo nos iban a costar el partido. Pero este equipo demostró, en el último cuarto, que tiene unas ganas tremendas y que tiene la camiseta puesta a cara de perro.
Porque Matías repuntó, porque a Demian le salieron las cosas y porque Thomas la descosió. Enorme lo que hizo el yanqui, metiendo de afuera, penetrando, reboteando y mordiendo cada bola como si fuera la última. Como nota gris hay que apuntar un nuevo técnico a Lovera, que tiene que bajar la pelota al piso si no quiere que esos errores nos cuesten partidos.
El rojo marca su sangre
Párrafo aparte merece Demian Álvarez. Fue tremenda figura en el arranque de la Liga, y luego decayó, junto con el resto del equipo. Pero, después de lo que fue el partido de ayer, quedan claras dos cosas: que tiene unos huevos tremendos, como nos gusta a los misioneros, jugando con un ojo solo durante todo el partido (había que ver cómo tenía el ojo derecho, hecho guasca); y que siente la camiseta del Goes como también nos gusta. La descarga de la bronca sobre el final del partido fue la muestra clara de eso, de sacarse la espina de no poder ganar, de las ganas de dejar a Goes donde tiene que estar.
Salado
Complicado lo que se viene. Primero, porque todavía hay que liquidar la serie con Olimpia, que no va a ser fácil. Y segundo, porque en cuartos espera Malvín, el mejor equipo del año y que es casi la Selección Uruguaya. Pero no está muerto quien pelea, y más aún ahora, que cuando varios nos daban por muertos les hicimos acordar que acá estamos, vivitos y coleando, para seguir molestando un poco más.
Seguiremos llenando la cancha, gozando y sufriendo por la camiseta más linda del mundo, dándole para adelante a este plantel que, laburando a pico y pala, está dejando todo por el Goes. Quédense tranquilos que la hinchada siempre va a estar.
¡Tranquilo el Goes!
Muy buena Thomas, a seguir con todo en los partidos que se vienen!