Sí, se puede

El ejemplo de Villarreal en la lucha contra la violencia.

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Foto: soccer.si.com
En tiempos en los que combatir la violencia en el fútbol parece más complicado que encontrar la cura del cáncer, lo que hizo Villarreal este fin de semana me pareció una señal más que buena.

Sabido es lo que pasó en el partido contra Barcelona, en el que un hincha de Villarreal le tiró una banana a Dani Alves, en clara burla por su color de piel. 

Dani Alves tuvo la lucidez de tomárselo con humor y hacer una denuncia inteligente comiéndose la banana, pero los cientos de afrodescendientes (o negros, para no usar un eufemismo) que lo padecen semana a semana tienen que bancarse el sufrimiento.

Y como los negros que son insultados por ser negros, están los homosexuales que son insultados por ser homosexuales, los árbitros por errrale a un fallo, los jugadores por errarle a un pase y los técnicos por errarle a un cambio.

En cualquiera de estos casos, el hincha tira desde la tribuna lo que tiene para degradar. A veces es una palabra fuerte, otras un gargajo, una fruta, una bengala, una piedra o lo que sea.

Si eso no es violencia, ¿qué es? Eso ocurre en todos lados, hasta en "las mejores familias", como la liga española. Y ni que hablar en las menos desarrolladas, como la uruguaya.

Acá la cantidad de violencia mostrada en forma de insulto u objeto lanzado desde la tribuna es enorme. Y nunca ningún club, a menos que yo recuerde, tomó la medida que tomó Villarreal.

Villarreal identificó al que tiró la banana y le prohibió de por vida ingresar a la cancha. Sí, nunca más en su vida va a poder ver a su equipo. Suena fuerte, posiblemente lo sea, pero es la manera de entrar en razón. 

Capaz que no tiene que ser toda la vida, tal vez pueda ser, por ejemplo, una sanción por 10 años. Pero sí una sanción muy fuerte. Identificarlos es posible, lo más difícil es que las dirigencias de los clubes se animen. Que la iniciativa de sancionar surja desde los clubes.

De ese modo, es muy probable que cada hincha tenga una actitud mucho más responsable en la cancha. Como los hinchas de Villarreal, que antes de tirar una banana lo van a pensar varias veces.