“La parte mental es un 50% o más”
Entrevista con Bruno Fitipaldo
Con 22 años, Bruno Fitipaldo fue el base del plantel campeon de la última Liga Uruguaya. Con este título, el equipo alcanzó su tercera coronación, pero en esta oportunidad Fitipaldo tuvo un rol protagónico.
Además integra la selección y ya piensa en posibilidades concretas para jugar en el exterior. Con una gran humildad y siempre en busca de la superación constante, realiza un entrenamiento integral que incluye el aspecto mental.
Sobre todo esto y más, conversamos con Bruno Fitipaldo en nuestra columna de Psicología del Deporte.
¿Cómo entra el básquetbol en tu vida?
En el Club Náutico, después de haber jugado al fútbol como casi todos. Alrededor de los 9 o 10 años se armó una escuelita de básquetbol, y empecé a ir con mis hermanos. Nos gustaba porque mi padre había jugado, pero no éramos enfermos. Jugábamos en casa pero el fútbol era el deporte principal.
Entonces empecé en la escuelita, al otro año empecé a competir en la última divisional. Jugué dos años y me dieron ganas de ir a Malvín. Tenía amigos que jugaban ahí, sabía que era más en serio, jugaba contra los equipos del Federal. A los 12 me fui a probar y quedé, no era de los más destacados en el equipo. Jugaba bien pero no era la estrella, teníamos otro que jugaba mucho mejor.
¿En qué momento decidiste dedicarte para buscar ser profesional?
Me ayudó mucho Pablo (López) en eso. Después de Mini empecé a tener cierta diferencia con mis compañeros, pero no me había dado cuenta de qué manera me tenía que preparar si quería jugar en Primera. Iba a practicar, una hora u hora y media y me iba para mi casa. Después arranqué con las prácticas de la selección, que eran bastante pesadas. Me encantaba ir, pero hacía el trabajo que había que hacer en la práctica nomás. Cuando llegó Pablo nos cambió la cabeza a mí y a todos los que jugábamos en ese momento.
No se trata de ir a la práctica a cumplir horario o hacer los ejercicios que te dicen, sino ir a entrenarte, a mejorar, a ver lo que tenés que hacer mejor para llegar a jugar. Ahí empecé a hacer una preparación física aparte con el Prof. Barrios que fue fundamental. Yo tenía actitud para jugar pero no me daba físicamente, era gordito al principio, y muy lento, y me daba cuenta que eso lo tenía que mejorar sí o sí. Con los campeonatos internacionales de Sub 17 y Sub 18 me iba dando cuenta lo que me faltaba y volvía y entrenaba sobre esas cosas.
¿Qué esfuerzos tuviste que hacer para llegar?
En la parte física, ir a Maldonado a entrenar con Andrés Barrios siempre que era posible. Tenía que meter más horas que mis compañeros, a veces iba 2 horas antes que mis compañeros y si había que hacer algo más me quedaba después. Fue un clic en ese momento y le dedicaba muchas horas. Fue un esfuerzo, pero si te ponés un objetivo claro no te cuestan los esfuerzos. Hay que tener una motivación, que siempre voy a tratar de ponerla porque sino es muy difícil.
¿Pudiste conciliar los estudios con el básquetbol?
Sí. En la época del liceo, lo hice sin problemas. En los años que viajaba mucho con la selección, porque a veces me tocaba viajar con mi categoría y con la más grande, perdía bastantes clases pero no tuve problema. Ya en 6° de liceo, que entrenaba doble horario con Primera, tuve que arreglar los horarios y dar algunos exámenes libres. En seguida arranqué la facultad, sabía que si paraba 6 meses después iba a ser mucho más difícil recuperar la rutina. Empecé en la ORT la Licenciatura en Gerencia y Administración, y curso 2 o 3 materias por semestre. Estoy en 2°, de a poco voy adelantando… no me vuelve loco pero tampoco quiero dejar el estudio.
¿Cuáles son tus principales características como jugador?
El entendimiento del juego, el orden, saber los objetivos dentro de un partido, y adaptarme a lo que necesitamos. Técnicamente, el tiro, principalmente de 3 puntos, y el pase. Tengo que mejorar muchas cosas y trato de ir mejorándolas para ser lo más completo posible.
¿Cuánto de un jugador creés que nace y cuánto te parece que se hace con el entrenamiento?
Cuánto es difícil decir, pero que se puede hacer estoy convencido. No sé hasta dónde nací y hasta dónde me hice yo, por ejemplo, pero sé que me hice mucho. Sólo por cómo había nacido yo no iba a poder jugar, de eso estoy convencido.
¿Qué jugadores tenés como referentes?
No tengo un referente claro, pero hay muchos que admiro y trato de tomar cosas de ellos. Ginóbili es uno de los jugadores que más me gusta, por cómo juega, por su mentalidad, por lo que logró, por adaptarse siempre a los lugares que fue. Su mente iba mucho más allá de lo que estaba haciendo en ese momento y eso es fundamental en un jugador y es una de las cosas que yo tengo que mejorar. Volar más con la imaginación y convencerme de cosas grandes para que las metas sean altas. En mi posición, de Uruguay, Martín Osimani siempre me gustó mucho y en la NBA Nash. Trato de mirar todo. Scola no es de mi posición pero su historia y su trabajo son admirables.
Tuviste la oportunidad de trabajar con un Psicólogo del Deporte… ¿cómo te resultó?
Al principio me pareció raro, no porque no confiara, porque siempre estuve abierto a lo que me ayude a mejorar. Pero me hicieron ver que nosotros trabajamos mucho tiempo en la parte física, en la parte técnica, la nutrición, pero que la parte psicológica a veces no se trabaja. Y dentro de un partido, de una temporada o de un jugador, creo que la parte mental es un 50% o más. Entonces si se puede trabajar, ¿por qué no hacerlo? Muchas veces vemos jugadores con muchísimo talento pero que psicológicamente no les da. Hay que trabajarlo.
¿Usás alguna estrategia para controlar la ansiedad antes de los partidos?
Sí. Primero tratar de fuera del entrenamiento distraerme un poco, sea con estudios o con un amigo, pero no quedarme con la mente quieta para pensar en el partido porque eso me hacía "jugar el partido antes". A veces llegaba con la adrenalina muy alta, o llegaba al partido cansado de tantas veces que lo había jugado.
¿Y en los momentos previos al partido cómo lo manejas?
En general, la ansiedad me viene antes. Cuando llego a la cancha me meto con mi rutina y tengo cosas para hacer. Lo más complicado es antes de dormir la siesta o cuando me levanto de la siesta. Y cuando no me conseguía dormir tenía una música que me relajaba. Incluso, ahora en los partidos finales, si ese día tenía clase de inglés iba igual para estar ese tiempo pensando en otra cosa en vez de estar toda la tarde maquinándome.
Me decías que tenés una rutina para antes del partido, ¿cómo es?
Llego casi dos horas antes del partido, me vendo los tobillos y me cambio, salgo a la cancha a hacer el calentamiento individual: dribling, tiro, un poco de todo. Ya cuando faltan 45 minutos para el partido vuelvo al vestuario, viene la charla técnica y el calentamiento con el Profe. La rutina me sirve porque cuando llego a la cancha ya sé qué cosas voy a hacer y la adrenalina baja.
Y en la previa de los partidos, ¿pensás o te decís algo en especial?
Siempre trato de ver positivamente el partido. A veces los pensamientos negativos y las dudas aparecen, pero trato de ver lo positivo, tener confianza y determinación. Para un deportista, tener determinación es fundamental, estar convencido de lo que querés hacer y no dudar en nada. Ser un jugador que tiene claro lo que va a hacer, por eso el ejemplo de Ginóbili me encanta, porque tiene una mente “asesina” en el buen sentido, y me parece buenísimo para el deporte competitivo.
En las Finales, hubo un cambio grande del primer partido a los siguientes. ¿Cómo hiciste para recuperar el nivel tan rápido de un partido a otro y no caer en un bajón?
Estuvo bueno pasar por una situación así. No estábamos acostumbrados a perder porque habíamos pasado los playoffs sin perder ningún partido. Fue un partido en que jugamos mal, pero traté de tomarlo lo más natural posible. Sabía que era una serie larga, que se podía perder o tener un mal partido. No hice nada distinto, seguí trabajando igual que venía haciendo porque confiaba en lo que venía haciendo y sabía que las cosas iban a salir. Además creo que lo que facilitó todo es que confiaba en el equipo, sino podría haber generado más incertidumbre.
Uno de los tiros más psicológicos del básquet es el tiro libre, ¿tenés alguna rutina a la hora de lanzar?
Sí, trato de seguir la misma rutina. Pico dos veces, en el primero miro la pelota y en el segundo miro el aro. Agarro siempre la pelota con los gajos de manera horizontal. Creo que es lo mejor repetir. No es el tiro que más entreno, entreno mucho más el tiro de 3, de cuarta o cerca del aro. El libre lo uso para confirmar esos tiros, no tiro muchísimos libres, quizá tendría que tirar más.
¿Cuán importante creés que es tener un buen grupo para tener buenos resultados?
Fundamental. No te podría decir que sin un buen grupo no se puede salir campeón porque no estuve en esa situación. Lo que sí muchas veces se da es que los que salen campeones o logran los objetivos tienen buenos grupos. Lo que es importante no es que sean amigos entre los jugadores, no es importante que el día a día sea amigable, aunque es sano. Lo que es más importante es que cuando el equipo está trabajando junto haya solidaridad, compañerismo, no haya egoísmo, haya esfuerzo de parte de todos por igual.
Si después en el vestuario hacemos chistes o nos juntamos a comer juntos mejor, pero lo que tiene que pasar es que seamos hermanos en la cancha. Este año por ejemplo teníamos tres extranjeros, y la relación era impresionante porque Kanté y Chaney eran de diez. Yo sabía que cuando entrábamos a la cancha ellos se iban a matar por mí y yo por ellos. Creo que a veces se confunde el llevarse todos bien, hacer chistes, pero si después en la cancha no estamos unidos, principalmente en los peores momentos, no es el grupo fuerte que se necesita.
¿Cuál es el perfil de entrenador ideal para vos?
No he tenido muchos, tuve dos o tres que me marcaron bastante. Primero, que sea trabajador, y que sea exigente. Que sepa mucho, y que llegue al punto de que todos los días tenga que aprender algo nuevo… estar constantemente bajo la lupa del entrenador. Me gusta que esté todo el día corrigiéndome los errores. También es importante que te de confianza y que confíe en vos. Eso es fundamental, así como que el jugador confíe en el entrenador.
Decías hoy que tener objetivos es lo que te motiva… ¿Cuáles son tus próximos objetivos?
Personalmente el objetivo más claro es salir del país a jugar otra Liga. Es una motivación recontra suficiente para trabajar ni bien vuelva a entrenar. En la selección, poder consolidarme dentro del grupo, que en mi posición hay muchos jugadores, y ganar algo sería impresionante. Las metas que me pongo generalmente son cortas. Cuando empecé en la preselección pensaba en quedar, después en jugar, después jugar de titular, jugar bárbaro y así. Ahora lo principal es poder ir al exterior, después jugar minutos, después jugar bien y así. Cada vez que consigo algo corro la meta para poder ir un poco más.
¿Qué mensaje le darías a los jugadores de formativas que aspiran a llegar a Primera?
Los chicos de Mini y Premini que jueguen y se diviertan. Con el pasar de los años irán definiendo, y los que tengan el objetivo de jugar en Primera División, que no lo hagan verbalmente diciendo “quiero jugar” sino que lo hagan entrenando, esforzándose, viendo qué cosas tienen que hacer para mejorar. La posibilidad está. Muchos dicen "yo quiero llegar", y cuando vas a los hechos tienen que salir a correr pero dicen “pah, hace frío”. No hay excusas para dejar de trabajar en pos de un objetivo.
¿Y qué le decís a esos jugadores que recién empiezan en un plantel profesional y les toca mirar de afuera, jugar poco, y les cuesta sostener la motivación?
Que es la mejor época para mejorar. Fue mi mejor época y con la que exploté. Tenía muchas horas de entrenamiento, te empiezan a exigir mucho más porque salís de las formativas que son una zona de confort para el jugador porque conoce a todos y son de su edad. Aprovechen a entrenar mucho la parte física y de técnica individual que van a tener dónde medirla.
Al no tener competencia hay que aprovechar mucho el entrenamiento. Yo me acuerdo que estaba muy bien, porque ellos jugaban y yo no, y entonces al día siguiente en la práctica quería pasarles por arriba. Y que confíen en que van a llegar. Después verán qué camino tomar. Pero es el mejor momento para entrenar y mejorar.