Más que derecha y revés

¿Es el tenis el deporte más mental de todos?

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En 2002, un joven tenista proveniente de Remeros de Salto disputó su primer Future en Uruguay, cayendo en primera ronda. En 2003, luego de varios intentos, logró su primer punto ATP. En 2004, logró alcanzar por primera vez semifinales en uno de estos torneos. Hasta 2006, ganó tres Future y a partir de allí fue campeón en nueve Challengers, siendo los dos últimos en marzo y junio de este año. Además, durante este proceso, ganó en dobles 14 Challengers y cuatro Torneos ATP, siendo el primero Roland Garros en 2008; y logró 26 victorias por Copa Davis.

Julio de 2014. “Este es el mejor mes de mi carrera” aseguró Pablo Cuevas, tras ser campeón no sólo en uno, sino en dos torneos ATP250 consecutivos, colocándose nº 40 en el ranking mundial.

En la discusión de cuál es el deporte donde la mente tiene mayor incidencia, muchos afirmarán sin dudar que es el tenis. Hay buenos argumentos para sostenerlo. El principal, es un deporte en donde constantemente se debe dejar atrás el éxito o fracaso anterior para inmediatamente volver a jugar. Y, además, debe hacerse absolutamente solo.

Intentando resumir las bases de la psicología del tenis, los cuatro pilares serían bastante similares a los de otros deportes:

* Concentración
* Regulación de la Activación
* Confianza
* Control Emocional


La concentración en el tenis es “estrecha”, es decir que se deben atender pocos estímulos a la vez. No debe ser más amplia que yo, la bola y el rival; aunque dentro de esto se incluye la posición de cada jugador en la cancha y sus movimientos, y las muchas variantes que incluye la bola (velocidad, dirección, altura, efecto).

El nivel de activación juega un rol clave. Un tenista sobreactivado (a lo que habitualmente llamaríamos “ansioso”) perderá fácilmente la concentración. Además, el exceso de tensión muscular hace que pierda fuerza y fineza (la bola queda corta, o hace tanto esfuerzo por jugarla larga que se va afuera sin buena dirección).

Por su parte, la confianza es fundamental para la estrategia de juego. Si un tenista no se tiene confianza, no realizará golpes arriesgados, sino que intentará esperar el error del otro (esperarlo, no forzarlo a errar). Sin arriesgar, es muy difícil obtener resultados con tenistas de nivel igual o superior al propio, ya que no es esperable que el rival “regale” tantos puntos si no es siquiera forzado a hacerlo.

Por último, el control emocional, la clave de un juego cíclico como el tenis. Durante un partido parejo, en tres sets, se pueden disputar unos 150 puntos aproximadamente. Esto son 150 situaciones de éxito y fracaso que se irán alternando a lo largo de un par de horas, alternando también las emociones (alegría, tristeza, ira, sorpresa, miedo, y hasta asco). Quien mejor logre neutralizar ese altibajo emocional, tolerar las frustraciones y no desenfocarse con los pequeños éxitos, tendrá ventaja para ganar el partido.

¿Cómo ayuda un Psicólogo del Deporte a un tenista? Como dijimos, a la hora del juego se está sólo. Entonces, la mejor forma de que las cosas fluyan de la manera ideal, es que haya una estructura conocida y repetida a lo largo de todo el partido. Es decir, una serie de rutinas.

En el primer capítulo del libro “Mi Historia”, Rafa Nadal detalla su rutina de precompetencia. Todo lo que hace antes de cada partido, sin importar que sea una final de Grand Slam o un partido de primera ronda de un torneo menor. Además, tiene una clarísima rutina de saque que repite idénticamente en cada servicio.



Cada tenista, en conjunto con su Entrenador y su Psicólogo del Deporte, puede agregar rutinas entre puntos y rutinas en los cambios de lado para colaborar a que el jugador se mantenga concentrado, idealmente activado, con confianza y sin emociones que lo perjudiquen. Estas rutinas incluirán técnicas de respiración y autodiálogos positivos principalmente.

En resumen, sí, el tenis es un deporte extremadamente mental. Los jugadores son conscientes de esto, y suelen trabajar para que esto juegue a su favor. Pablo Cuevas lo hace, y sumando su fortaleza mental a otros factores técnicos y físicos, nos pone en presencia de un tenista de elite, que sin dudas puede llegar a ser el mejor tenista uruguayo de todos los tiempos.