La alegría fue completa

La valía del triunfo se potenció cuando conocimos todos los resultados de la fecha.

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Después de mucho tiempo, la alegría fue completa. ¡Qué lo parió! Con todo lo que nos cuesta ganar, una vez que lo conseguimos tenemos que esperar todo el fin de semana para festejar el triunfo.
 
Más allá de sumar de a tres, por primera vez sentimos que avanzamos algunos casilleros, poquitos si, pero avanzamos en esa carrera por salir de abajo. 
 
Lo dije la semana pasada y lo reafirmo ahora. El triunfo fue de los jugadores, ellos pusieron la cara, la entrega y su vergüenza deportiva para sacar un partido dificilísimo adelante.
 
Nosotros, los hinchas, aportamos lo que pudimos. Alentamos,  apoyamos e incluso después de ganar nos calentamos por los cambios que hizo el técnico.

“Rosario se equivocó, puso a Aranda y lo sacó a los 20 minutos”. “El cuadro ganó así que los cambios los hizo bien”. “Así tiene que jugar todos los partidos y no meterse atrás como hace siempre”
 
¡Mamita que somos difíciles nosotros!
 
Quizás parezca una boludez y seguramente lo sea. En la noche previa al partido hablé con un jugador y me dijo “ quédate tranquilo que mañana ganamos”. Y me convencí, ese sábado me desperté con la convicción de que los tres puntos eran posibles.
 
Después leí un mensaje de un hincha que le mandó un mensaje al Papa por Twitter pidiéndole y casi rogándole por un triunfo. Y me encantó. Hablé con otro hincha que me dijo que iba a ir a la cancha vestido igual, incluyendo ropa interior, que como se visitó ante El Tanque. Y me encantó.
 
Está claro que el resultado pudo ser otro y que todo lo que mencioné antes quedaría en simples promesas que quedan por el camino. Pero reitero, me encantó la actitud con la que se encaró el partido. Me encantó que el jugador que se iba a fajar al día siguiente con los volantes rivales demuestre ese convencimiento.
 
Me encantó que el hincha se agarre de “lo que sea” y confíe en esa cábala sabiendo que, si lo pensamos racionalmente, no tiene lógica.
 
Está claro que no se ganó nada y que esto recién empieza, pero la verdad después de tantas malas era necesario festejar un día. Mañana el objetivo seguirá siendo el mismo, pero hoy nos merecemos levantar un vaso de lo que sea y decir “El Feni no baja”.