Conclusiones panamericanas
Algunas cuestiones en cuanto a la cobertura periodística de los Juegos Panamericanos.
Con los Juegos Panamericanos finalizados, resulta interesante resaltar algunas cuestiones en cuanto a la cobertura periodística.
Comencemos por los aspectos positivos: los dos periodistas uruguayos que estuvieron en Toronto sabían de lo que hablaban. Facundo Castro y Andrés Cottini son dos personas que siguen diariamente diferentes deportes menores.
Cottini, con mayor experiencia y recorrido, es, junto a Pablo Benítez y Enrique Arrillaga, el tridente de periodistas que soportan la información de otros deportes en los tres grandes diarios.
Una de las grandes ventajas que trajo Twitter es la posibilidad de seguir a los periodistas independientemente de los medios para los que trabajan, y armando una buena selección de tuiteros, uno puede estar más y mejor informado que consumiendo un medio.
En mi caso las cuentas de cabecera fueron las de Pablo Benítez (@pebeca11), Andrés Cottini (@A_Cottini), Llamaceleste.com (@llamaceleste), Facundo Castro (@FacundoCastro_) y Paola Navatta (@Pao_Navatta).
Información precisa, contexto de cada competencia y posibilidades ciertas de los atletas son algunos diferenciales que se vieron en estos Panamericanos.
Y, hasta sin quererlo, me surgió la comparación con los Juegos Olímpicos de Londres, donde la clasificación del fútbol generó que los medios enviaran a sus periodistas de fútbol (no sería adecuado decir periodistas deportivos, salvo contados casos).
En aquella ocasión los Juegos Olímpicos los pasaron por arriba, y no hablamos de la equivocación del Toto con Andrés Silva. Hablamos de que la falta de contacto con deportes que no son fútbol lleva a que uno no se preocupe, por ejemplo, por el carril donde compite un corredor.
El desconocimiento de los reglamentos generó en aquella ocasión que desde algunos medios se pensara que Foglia tenía chance de medalla por haber clasificado a la medal race.
Dicho sea de paso, de todos los enviados a Londres, solamente tres estaban presentes el día de la última regata de Foglia, cuando logró clasificarse a la medal race.
Otros datos que son interesantes: de todos los periodistas uruguayos en Londres, uno solo estaba cuando el judoca Romero competía, y el mismo periodista era el único en la competencia de remo donde había uruguayos.
Hay una realidad ineludible: los deportes menores no le interesan a los medios y se evidencia cuando ninguno está dispuesto a gastar plata en su cobertura.
¿Cuántos de los periodistas que viajaron a Londres lo hubieran hecho si Uruguay no clasificaba en fútbol? Quizá la respuesta a esta pregunta la pueden dar los JJOO de Beijing 2008.
Consultados varios periodistas al respecto, algunos recuerdan a Uberti, Piñón, Inzaurralde, Da Silveira y Buysan. Quizá hubo alguno más, pero no eran más de seis o siete.
En la interna de PDA surgió el debate sobre cómo justificar los costos de un enviado a este tipo de competencias. Es cierto que con un buen manejo de las webs oficiales, el contacto de los deportistas en Facebook y Twitter, más algún material de agencia, se puede hacer una cobertura más que digna.
Pero yo creo que estar en el lugar de los hechos te da algunos extras, por ejemplo a la hora de las declaraciones de los atletas luego de sus competencias. Difícilmente las agencias le pongan un micrófono a un atleta uruguayo que no logre medalla.
También el contacto diario con los atletas permite conocer sus expectativas, a qué rivales enfrentan y el historial de competiciones. Son muchos deportes que cubrir y muchas veces el atleta sabe perfectamente cómo les fue a sus rivales en las competencias previas.
Teniendo en cuenta este panorama, en que los medios no están dispuestos a casi ningún gasto para cubrir deportes menores, pero sí demuestran interés en difundirlos, ¿no será interesante que se junten 3 o 4 medios que no compitan entre sí y manden a un periodista entre todos?
Una radio, un diario y un canal, por ejemplo. De modo que la radio pueda contactar con el enviado durante su programación, el diario le pida una nota por día y el canal un informe diario u oficie de comentarista durante la competencia. Es algo que se hace, pero a veces sin compartir los gastos que implica tener un periodista en el exterior.
¿Y por qué no, ya que estamos colaborativos, algún aporte del Comité Olímpico de Uruguay? Que uno de los cupos para dirigentes sea utilizado para alguien que se encargue de la comunicación. Así se resolvería el alojamiento, por ejemplo, y el periodista repartiría su tarea entre el COU y los medios.
Comunicar bien resulta clave cuando se habla de deportes que la gente no está acostumbrada a mirar, siempre sabiendo que el interés por esas disciplinas se acaba cuando se apagan las luces de los grandes eventos.
Por eso es mucho más interesante y provechoso cuando lo hace un periodista con dominio del tema. El público seguramente sabrá apreciarlo.