Grises verdinegros

El Tanque no es una sola persona.

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Foto: Rodrigo Fessler
Este sábado pasado, cuando como todos los partidos me volvía con mi viejo y mis abuelos, ya venía pensando en esta nota mientras chequeaba las repercusiones en las redes sociales.

Creo que cada persona es libre de hacer su proceso para afrontar sus situaciones personales, realizar el tipo de descargas que deseen para superar lo que les tocó. Pero a causa de eso, yo tenía una sensación agridulce terrible.

El Tanque estuvo primero en este Torneo Especial desde la primera fecha (con excepción de cuando tuvimos fecha libre). De 12 partidos ganamos 9, empatamos 2 y perdimos solo uno ante Cerro Largo con un polémico arbitraje (dos penales inexistentes a favor de nuestro rival). Porque sí, aunque no lo crean a El Tanque también lo perjudicaron, como lo hicieron con todos los cuadros.

Luego del partido ante Atenas, escuché a algunos hablar del penal que cobran a nuestro favor (que yo reconozco que no fue), pero a ninguno de ellos mencionar que la pelota se había ido afuera en la línea de fondo en el empate del local en Maldonado.

Porque me olvidaba de eso también, el fixture indicó que jugáramos todos los partidos como visitantes contra equipos del interior. Hicimos 23 goles y recibimos 9. Pero es más fácil desmerecer lo que se hizo adjudicando todo a cuestiones extra futbolísticas que reconocer al justo campeón.

Con esto no tengo intenciones de defender lo indefendible, pero sí que se digan las cosas como son y lo que nadie dice, porque está claro que hay algo que todos se acordaron de mencionar.

El Tanque no es una sola persona, y me parece muy poco profesional por parte de algunos de los que se dedican a informar al respecto, que solamente se enfoquen en alguien olvidando a todos los que acompañamos por años a este club, e incluso de los protagonistas principales: los jugadores. Ellos son los mayores responsables de este logro y por eso todos los hinchas les estaremos eternamente agradecidos.

Solo quiero hablar de los que estamos siempre y agradecer a mis abuelos y a mi viejo por haberme hecho hincha de este cuadro que muchos han aprendido a odiarlo por una razón, y se enceguecen sin saber que somos como cualquier otro club de hinchas sufridos y apasionados. Que más allá de lo que pase nunca vamos a dejar de quererlo y aguantamos camiones a pesar de todo lo que digan.

Estoy loco de la vida por haber visto otra vez a mi cuadro campeón y por lo tanto obtener el ascenso a Primera. Pero me entristece mucho que la mayor parte de la gente se enfoque en una única cosa. Esto vuelve todo un poco gris.

Grises pero bien verdinegros.