Bielsa, Adorno y Horkheimer

Bielsa, los medios de comunicación y los espectadores.

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Foto: eldestapeweb.com
Confieso que hice el camino inverso. Primero leí tres o cuatro notas sobre lo que había dicho Bielsa en 'Somos Futebol', esa movida organizada por la Confederación Brasileña de Fútbol, que la última semana reunió a Capello, Tité y Bielsa.

El video que anda circulando dura poco más de dos minutos, todas las notas e incluso todas las reacciones en las redes sociales, rescatan más o menos las mismas frases.

Pero lo que más me llamó la atención fueron los últimos dos segundos, el tiempo que demoró el que estaba grabando en cortar, porque seguramente pensó que cuando el público aplaudió era un buen momento para terminar el video. Luego de los aplausos Bielsa se preguntó "si estamos de acuerdo ¿cómo lo permitimos?". Y esa pregunta es todo, y esa pregunta no la vi en ninguna nota ni comentario.

Para Bielsa los medios de comunicación han desplazado a las escuelas y a la familia como formadoras de individuos, todo muy Teoría Crítica de la Comunicación.

Adorno y Horkheimer bien podría sonar a dupla técnica del Stuttgart, pero son los dos máximos exponentes de la Escuela de Frankfurt (Teoría Crítica de la Comunicación), con postulados como: "Los medios masivos generalizan la ausencia de sentido crítico y de respeto por la verdadera cultura, engañando a los seres humanos". Bielsa, Adorno y Horkheimer piensan similar, los medios adormecen y permiten dirigir la opinión pública.

Siempre me resultó una teoría de lo más interesante, pero que deja al espectador en un lugar de debilidad absoluta, de receptor pasivo de lo que consume. El avance de las comunicaciones ha generado que se multipliquen las voces a escuchar, incluso -algo maravilloso- la posibilidad de saltearse a los medios y seguir a los periodistas. Si antes el problema era la escasez, ahora lo es la abundancia. La tarea del espectador es detectar las voces válidas en un caos de gritos.

Dice Bielsa: "Si Neymar recupera una pelota, contragolpea, hacemos un gol, y ganamos ocho partidos seguidos se dirá 'lo domesticó a Neymar, hizo que fuera colectivo'. Pero el día que pierda: 'este burro en vez de hacerlo jugar al lado del arco lo hace perseguir al punta rival'".

Si como espectador elijo ver al Liberman de turno, para luego quejarme de la basura que consumo, mientras la estoy consumiendo, poca expectativa de cambio podrá haber. Si seguimos validando a los mismos cuatro gordos de siempre hablando de fútbol, porque los miramos, ¿con qué criterio pretendemos que los medios ofrezcan otras cosas?

Entretenimiento con contenido debe ser de las mezclas más difíciles de lograr; es como un delantero de dos metros habilidoso. Los medios tendrán su cuota de responsabilidad, pero nosotros como espectadores ya no solo elegimos qué mirar, también elegimos qué replicar.

Y tanto Bielsa, como todos los teóricos de la Escuela de Frankfurt, y nosotros mismos, nos debemos la respuesta a la pregunta: si estamos de acuerdo, ¿cómo lo permitimos?