Fútbol: caos y organización
¿Pueden convivir en el fútbol la organización compleja y el azar caótico?
Foto: bayernstrikes.com
Intentaremos mostrar cómo caos y organización altamente compleja conviven todo el tiempo en el fútbol. Seguramente se ven como polos opuestos que no pueden coexistir, sino que se anulan uno a otro, pero abramos una ventana a la posibilidad de que, quizás, sí.
En el fútbol existen circunstancias que consideramos azarosas o que podríamos llamar desorganizadas (que no cumplen una lógica organizativa). Se dan por circunstancias particulares y aleatorias, seguramente nunca más se vuelvan a repetir, exactamente iguales.
Estas jugadas son para algunos las que le ponen esa cuota de expectativa, son esas jugadas que se podrían dar en cualquier momento, más allá de lo que esté sucediendo en el juego mismo: una pelota que pega en ambos palos, un tiro en el travesaño y pique sobre o detrás de la línea, un equipo que tiene 10 situaciones de gol y el rival convierte tras un error defensivo tonto, errar un gol cantado o convertir uno que parecía imposible, por poner ejemplos claros. En estas situaciones lo altamente organizado pareciera ausente.
Todo esto hace más emocionante e inesperado un partido, mantiene la atención y a veces la tensión alta; todas estas circunstancias son muy bienvenidas y a veces necesarias para levantar ciertos partidos en los que solemos decir que no pasa nada.
A la vez esto convive con lo que parecería ser lo opuesto: determinadas jugadas o circunstancias altamente organizadas. Por ejemplo una jugada preparada de pelota quieta, un gol tras una larga y minuciosa organización ofensiva, un equipo que sabemos que tendrá un sello en particular, una manera de jugar que requiere de una compleja organización y ejecución, etcétera.
Hasta aquí todo normal. El juego que nos gusta, puesto desde dos lugares antagónicos: organización compleja y caos o azar.
Veamos qué dice Edgar Morin en estos tres principios de su libro Introducción al pensamiento complejo sobre el tema, y veamos cómo está relacionado con el juego:.
Principio dialógico
Lo que he dicho del orden y el desorden son dos enemigos: uno suprime al otro pero, al mismo tiempo, en ciertos casos, colaboran y producen la organización y la dualidad en el seno de la unidad. Asocia dos términos a la vez complementarios y antagónicos.
Principio de recursividad
Para darle significado a este término yo utilizo el proceso del remolino. Cada momento del remolino es producido y, al mismo tiempo, productor. Un proceso recursivo es aquel en el cual los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce.
Principio hologramático
En un holograma físico el menor punto contiene la casi totalidad de la información del objeto representado. No solamente la parte está en el todo, sino que todo está en la parte. La idea del holograma trasciende al reduccionismo que no ve más que las partes y al holismo que no ve más que al todo.
En estos días transmitieron un partido en el que Bayern Munich ganó 6-0 al Wolfsburgo con varios goles que vinieron de recuperaciones en campo rival, tras lo que parecían errores o pérdidas de jugadores amateurs. Pero si prestamos atención y escudriñamos más profundamente estos errores, fueron claramente dados tras una organización defensiva alta y extremadamente preparada.
Aquí podemos vislumbrar cómo complejidad y azar conviven. Los jugadores del Bayern no sabían exactamente cuándo robarían el balón ni de qué manera, pero iban tendiendo la red achicando las posibilidades del rival y así aumentando las suyas, disminuyendo el caos y llevando la balanza hacia su lado.
Lo hacían como ajedrecistas, se miraban, miraban la pelota, miraban el poseedor y los posibles receptores cercanos y alejados, iban preparando los sucesos venideros, para encontrar el momento que les diera nuevamente la posesión de la pelota y la posibilidad de atacar.
Ellos no sabían con exactitud cuándo sucedería (incertidumbre), pero sabían que si trabajaban mancomunadamente en ese grado de coordinación (organización compleja) se harían de la pelota, y así sucedía jugada tras jugada. Por momento generaban un 4 vs. 1 para recuperarla. Si el rival se las cedía, casi no necesitaban intervenir, solo los invitaban a entregársela.
Toda esta organización a partir de la incertidumbre, nos lleva al principio dialógico: ellos no sabían lo que iba a suceder pero utilizaban ese “desorden”, convivían con él, era su sustrato, para desde ahí buscar un momento que les diera la posesión, y esto a través de una organización y un orden altamente complejo.
Al mismo tiempo podemos encontrar el principio de recursividad, ya que lo que sucedía en el campo era utilizado para crear momentos en los cuales aumentaran las posibilidades de recuperar la pelota.
El principio hologramático lo encontramos en el 1 que llevaba la información con sus movimientos para todos, y a la vez todos llevaban la información para el 1. En este caso el 1 es el más cercano a la pelota que orienta al rival y a sus compañeros para que se den posibilidades reales de quite, quizás no en su intervención específica, pero si obligando al rival a meterse en lugares que beneficien al resto para la recuperación.
El futbol llevado desde ese nivel de maestría aprovecha lo que parece caótico y lo transforma en organización compleja y esto es llevado adelante una y otra vez durante el partido. Estos jugadores han tomado en cuenta la ubicación de la pelota, las ubicaciones de los compañeros, las ubicaciones de los rivales, los posibles pases de los rivales, sus ubicaciones personales, los posibles lugares donde llevar al rival para intervenir, a la vez evaluando cuales son los riesgos de intervención.
Todo esto crea incertidumbre, que magistralmente estos jugadores llevan adelante y trasnforman en recuperos. La coordinación en este nivel Y con esta precisión, es un arte que he aprendido a apreciar con asombro de niño.
En el fútbol existen circunstancias que consideramos azarosas o que podríamos llamar desorganizadas (que no cumplen una lógica organizativa). Se dan por circunstancias particulares y aleatorias, seguramente nunca más se vuelvan a repetir, exactamente iguales.
Estas jugadas son para algunos las que le ponen esa cuota de expectativa, son esas jugadas que se podrían dar en cualquier momento, más allá de lo que esté sucediendo en el juego mismo: una pelota que pega en ambos palos, un tiro en el travesaño y pique sobre o detrás de la línea, un equipo que tiene 10 situaciones de gol y el rival convierte tras un error defensivo tonto, errar un gol cantado o convertir uno que parecía imposible, por poner ejemplos claros. En estas situaciones lo altamente organizado pareciera ausente.
Todo esto hace más emocionante e inesperado un partido, mantiene la atención y a veces la tensión alta; todas estas circunstancias son muy bienvenidas y a veces necesarias para levantar ciertos partidos en los que solemos decir que no pasa nada.
A la vez esto convive con lo que parecería ser lo opuesto: determinadas jugadas o circunstancias altamente organizadas. Por ejemplo una jugada preparada de pelota quieta, un gol tras una larga y minuciosa organización ofensiva, un equipo que sabemos que tendrá un sello en particular, una manera de jugar que requiere de una compleja organización y ejecución, etcétera.
Hasta aquí todo normal. El juego que nos gusta, puesto desde dos lugares antagónicos: organización compleja y caos o azar.
Veamos qué dice Edgar Morin en estos tres principios de su libro Introducción al pensamiento complejo sobre el tema, y veamos cómo está relacionado con el juego:.
Principio dialógico
Lo que he dicho del orden y el desorden son dos enemigos: uno suprime al otro pero, al mismo tiempo, en ciertos casos, colaboran y producen la organización y la dualidad en el seno de la unidad. Asocia dos términos a la vez complementarios y antagónicos.
Principio de recursividad
Para darle significado a este término yo utilizo el proceso del remolino. Cada momento del remolino es producido y, al mismo tiempo, productor. Un proceso recursivo es aquel en el cual los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce.
Principio hologramático
En un holograma físico el menor punto contiene la casi totalidad de la información del objeto representado. No solamente la parte está en el todo, sino que todo está en la parte. La idea del holograma trasciende al reduccionismo que no ve más que las partes y al holismo que no ve más que al todo.
En estos días transmitieron un partido en el que Bayern Munich ganó 6-0 al Wolfsburgo con varios goles que vinieron de recuperaciones en campo rival, tras lo que parecían errores o pérdidas de jugadores amateurs. Pero si prestamos atención y escudriñamos más profundamente estos errores, fueron claramente dados tras una organización defensiva alta y extremadamente preparada.
Aquí podemos vislumbrar cómo complejidad y azar conviven. Los jugadores del Bayern no sabían exactamente cuándo robarían el balón ni de qué manera, pero iban tendiendo la red achicando las posibilidades del rival y así aumentando las suyas, disminuyendo el caos y llevando la balanza hacia su lado.
Lo hacían como ajedrecistas, se miraban, miraban la pelota, miraban el poseedor y los posibles receptores cercanos y alejados, iban preparando los sucesos venideros, para encontrar el momento que les diera nuevamente la posesión de la pelota y la posibilidad de atacar.
Ellos no sabían con exactitud cuándo sucedería (incertidumbre), pero sabían que si trabajaban mancomunadamente en ese grado de coordinación (organización compleja) se harían de la pelota, y así sucedía jugada tras jugada. Por momento generaban un 4 vs. 1 para recuperarla. Si el rival se las cedía, casi no necesitaban intervenir, solo los invitaban a entregársela.
Toda esta organización a partir de la incertidumbre, nos lleva al principio dialógico: ellos no sabían lo que iba a suceder pero utilizaban ese “desorden”, convivían con él, era su sustrato, para desde ahí buscar un momento que les diera la posesión, y esto a través de una organización y un orden altamente complejo.
Al mismo tiempo podemos encontrar el principio de recursividad, ya que lo que sucedía en el campo era utilizado para crear momentos en los cuales aumentaran las posibilidades de recuperar la pelota.
El principio hologramático lo encontramos en el 1 que llevaba la información con sus movimientos para todos, y a la vez todos llevaban la información para el 1. En este caso el 1 es el más cercano a la pelota que orienta al rival y a sus compañeros para que se den posibilidades reales de quite, quizás no en su intervención específica, pero si obligando al rival a meterse en lugares que beneficien al resto para la recuperación.
El futbol llevado desde ese nivel de maestría aprovecha lo que parece caótico y lo transforma en organización compleja y esto es llevado adelante una y otra vez durante el partido. Estos jugadores han tomado en cuenta la ubicación de la pelota, las ubicaciones de los compañeros, las ubicaciones de los rivales, los posibles pases de los rivales, sus ubicaciones personales, los posibles lugares donde llevar al rival para intervenir, a la vez evaluando cuales son los riesgos de intervención.
Todo esto crea incertidumbre, que magistralmente estos jugadores llevan adelante y trasnforman en recuperos. La coordinación en este nivel Y con esta precisión, es un arte que he aprendido a apreciar con asombro de niño.