Día 6

Diario del año en que no tuvimos deporte

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Ya sé, ya tengo el deporte al que podemos dedicarle nuestras horas mientras dure esta cuarentena. Se me ocurrió el sábado a mediodía. 

Mi casa tiene un patio, no es muy grande, pero es un lindo espacio abierto para aprovechar. El sábado a mediodía hice un asado. Me pregunté si debía sentirme culpable por prender la parrilla en plena cuarentena, pero no veo ninguna razón por la que sentir vergüenza. No invité a nadie, solamente hice un asado para las personas que viven en este hogar. 

Ta, igual no era eso lo que iba a contar ahora en estas líneas, simplemente me estaba desahogando. Antes de hacer el asado, me levanté, ya un poco aburrido de estar tanto tiempo en mi casa. El sol brillaba sobre el mencionado patio y entonces me puse a acomodar las macetas para que las plantas pudieran aprovechar ese sol. 

Las acomodé varias veces, como ese entrenador que no encuentra la táctica. Primero 4-3-3 con las más altas en el fondo, para que no hicieran sombra sobre las de adelante. Después me di cuenta que había puesto de delantera a una planta que más bien le sirve la sombra. Entonces la mandé al fondo, a jugar de golera. 

El pobre jazmín había sufrido una lesión de pretemporada. Digamos que no trabajó muy bien durante las vacaciones. Aunque en realidad el que no trabajé fui yo, que me fui a la playa y no lo regué ni un poquito. Pero bueno, ahí estaba con esos brotecitos verdes gracias a las lluvias de los días anteriores. Lo puse en sanidad. 

Empecé a calcular los movimientos del rival, el muro que está orientado al norte. No es que el muro se mueva, pero si mirás la sombra, el muro se mueve. No soy boludo, se mueve el sol, pero bueno. Yo lo empecé a calcular. A medida que pasaba el partido, mientras acomodaba la parrilla y descolgaba la ropa, ahí, entre una cosa y otra, corría las plantitas cada vez más hacia el medio de la cancha, para que les diera el sol. 

Me sentía satisfecho con mi trabajo. Y entonces me acordé. Tengo dos macetas guardadas. Qué precioso día para empezar a trabajar la cantera. Qué metáfora equivocada, la cantera es para las piedras. Lo que empecé a trabajar fue el semillero. En una maceta puse pedregullo en el fondo, para buen drenaje. Le eché tierra y corté unos brotes de la hortencia, para que crezcan plantitas nuevas ¿viste? 

Yo sé que no siempre de un tallo recortado crece una planta nueva, pero esto, ya lo dije, es como los entrenadores. Ensayo y error. Agarré una huevera y puse más tierra. Unas semillitas de ajíes catalanes. Dicen que los catalanes tienen buen semillero. De ahí salió Messi ¿o no? 

En fin, la cuestión es que ya estoy pensando en armar un campeonato. A ver a quién le crece más lindo el jardín. Nos podemos mandar fotos, tomar la medida de las plantas, evaluar el color de las hojas y cuántas nuevas jugadoras podemos criar en este mes que se viene. Si no, se va a hacer largo. 

Ah, me olvidaba. Ya me bajé una app que con solo sacarle fotos a las hojas de tus plantas, te dice de qué especie son y cómo cuidarlas. Un amigo me dijo que si esto es un deporte, bajarse la app sería un doping positivo. Pero la verdad es que yo soy partidario del dopaje sin restricciones.