¡De pie señores!
Aplaudan aplaudan, no dejen de aplaudir; el River de Almada nos bailó y dejó a más de uno sin palabras.
No fue el comienzo que esperábamos los hinchas, los más de 30.000 que nos dimos cita en el Centenario para ver el estreno de Peñarol en el Apertura. Si bien sabíamos que no la íbamos a tener fácil, esperábamos por un campeón dispuesto a comerse la cancha.
Que en la Sudamericana nos había tocado un cuadro con rodaje, que veníamos de una pretemporada fuerte, que el Cobreloa juega lo que el Barça de Martino, etc. Mucho se dijo en estos días y se hacía la hora de revertir el mal trago vivido en la competición internacional.
En frente estaba la dársena, mucho mejor anímica y futbolísticamente. El albirojo se plantó con mucha clase y fue protagonista desde el primer minuto.
Y es que en lo que a línea de cuatro y volantes de marca respecta, el campeón del siglo XX tiene un plantel de mitad de tabla hacia abajo. En mi mundo ideal Macaluso y Sandoval no tendrían lugar ni en el Racing de Rosario, con el respeto que me merece este “troyano” del fútbol. Viera está muy verde y Novick no es el de la temporada pasada.
Estos hombres no saben jugar con la pelota por el piso, fueron programados para alejar lo más posible el balón del arco de Castillo. Por lo tanto no podemos exigirle a nuestros delanteros que anoten, si la pelota no llega con claridad al área rival.
Y ante este planteo, los de Almada se divirtieron y convirtieron tres tantos con facilidad. El colmo fue el segundo, en el que Techera humilló a Sandoval para luego colocar un balón letal en el área mirasol. Jorge Rodríguez logró el descuento como manda la ley del ex, pero un minuto después, Hamilton Pereira anotó de tiro libre, ratificando la “inexcusabilidad” de dicha disposición normativa.
En la segunda mitad, Alonso cambió volantes por atacantes, dando ingreso a hombres como Nuñez y Rodríguez. También hizo ingresar a Luis “pancita” Aguiar quien dio una inyección de futbol al agónico Peñarol.
De la mano del mercedario, el campeón se largó al ataque y estuvo cerca de descontar en varias oportunidades, aunque el equipo del Prado insistía con contragolpes contundentes que dañaban la dignidad del mejor club del Uruguay con facilidad.
Una vez más, luego de que Viera lograra el descuento con un cabezazo, el darsenero venció por cuarta vez a Castillo luego de una jugada formidable.
Fue sin duda una lección de futbol, dictada por un técnico humilde, que habla poco y trabaja mucho, a uno del que se espera mucho, pero que hasta ahora ha demostrado poco más que soberbia.
Esperamos más de Peñarol, esperamos por jugadores de jerarquía abajo (llegué al punto de pedir a Albín el pasado sábado), esperamos por mayor juego en la mitad de la cancha. Esperamos también una mayor contundencia en ataque.
Sabemos que el campeón tiene las armas, esperemos que logre ejecutarlas.
¡Salute!
@Iker_Monchakos