Estaba visto

Con total justicia quedamos eliminados de la Copa Sudamericana en primera fase ante Libertad.

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Foto: La República

No me resulta tan doloroso este desenlace, ya que si tenemos en cuenta el rival que nos tocó, era algo esperable. Nos enfrentamos a un equipo con experiencia, jugadores de selección, que no ha faltado a ningún torneo internacional en los últimos cinco años y ha sido el más ganador a nivel local en la última década.

Lo que sí duele es no haber presentado un plantel que tuviera reales posibilidades de pasar de ronda. En vez de reforzarnos para la cita internacional, hicimos todo lo contrario. Ante el supuesto alejamiento del gerenciador del club, y luego de dos años de derroche, la Comisión Directiva había anunciado austeridad (¿justo ahora?) para esta temporada. Se fueron cerca de diez jugadores, nos quedamos sin hombres de experiencia, y extrañamos mucho a Maxi Rodríguez. De lo poco que trajimos, el único nombre para destacar es el de Pastorini. Con este panorama encaramos la competición, presentando una formación juvenil que pudo hacer poco, las diferencias fueron claras.

En el partido de ida hicimos un buen primer tiempo, apareció el gol rápido, fuimos superiores y Libertad se mostró incómodo con el trámite. Para los segundos 45’ ellos realizaron algunos ajustes y el partido fue otro. Rápidamente nos empataron y Wanderers se desordenó, nos pusimos nerviosos y nos quedamos sin juego. Luego llegó el 2-1 y a partir de ahí el conjunto paraguayo se paró firme y controló el partido sin pasar sobresaltos. Nuestro arquero pudo hacer más en ambos goles.

La revancha mostró muy superior al equipo local. Desde el primer minuto Libertad manejo el partido, presionó arriba y tuvo chances claras que no concretó, algunas por regalos de nuestra defensa. Wanderers tocó lateralmente, sin profundidad, y nunca generó peligro sobre el arco paraguayo, únicamente se destacan una aproximación de Pastorini y sobre el final un cabezazo de Maxi Olivera. Si alguien no había visto el partido de ida, jamás pensaría que el bohemio necesitaba hacer dos goles, no se notaba. No creo que por falta de actitud, sino que simplemente no teníamos cómo.

La ilusión duró muy poco, ahora a pensar en el campeonato local. Bien por los jugadores que dejaron todo, muy bien por los hinchas que se bancaron un día terrible en el Parque Central y que viajaron a Paraguay a acompañar al equipo, mal por los dirigentes (una vez más).