Partidas que duelen, retornos que pesan

Y la distancia te hizo bueno.

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Nadie puede robarnos la ilusión de volver a ver jugar al negro una copa, más aún de la mano del hombre que tantos éxitos nos trajo, Eduardo Favaro. Pero no podemos olvidar que no todo fue siempre color de rosas.

Esta sería la cuarta temporada que el “Lolo” se hace cargo de la dirección técnica. En las anteriores instancias nos llevó a una Copa Sudamericana y a una Copa Libertadores. Fue el técnico aquella tarde de Belvedere que vio irse a Peñarol con la cabeza gacha, el partido patas arriba y cuatro goles en la mochila. Además de vencer varias veces a los cuadros grandes. 

Su propuesta de juego siempre le ha gustado a la mayoría de los hinchas. Dominio de pelota, control del partido, creación de juego por abajo. Son las características con las que el parcial negriazul se siente cómodo.

Ante esto no se le puede pedir al hincha que no se entusiasme.

Pero no debemos olvidar las tardes donde el idilio poco a poco se disolvía, ante los resultados adversos el “héroe” de otrora pasaba a ser el responsable de nuestras frustraciones, un caprichoso que no hacía los cambios que debía y que ponía a tal jugador y no ponía a tal otro. Así en medio de insultos y reproches el “Lolo” dejó el club en 2011.

El desafío: salvarse del innombrable y clasificar a una copa.

Hoy, cuando ningún hincha quiere mirar para abajo y ver qué cerquita estamos de caer; hoy, cuando lo que hace un año parecía imposible, cosas que le pasan a otros, hoy hay una realidad que nos grita en la cara: uno de los objetivos de este año es zafar del descenso. Debemos decirlo, sin contar a los tres ascendidos que duplican su puntaje, arrancamos penúltimos en la fatídica.

Si ponemos la mirada en lo alto, buscando la copa, a priori todos los cuadros empezamos de cero, las chances para clasificar son las mismas para todos, así que si hacemos una campaña para conquistar un objetivo, el otro estará más cerca.

El plantel.

Y varias realidades más, hay un cambio en la estructura del plantel. Este año se fueron tres referentes: el último ídolo, Carlos Macchi; el último capitán, Andrés Rodales y el último gran golero, Matías Castro. Ante esto se ha optado por traer jugadores con experiencia: Gastón Filgueira (27) y Agustín Peña (24), quienes pese a su corta edad ya han jugado en el exterior; Raúl Ferro (30)   es el más grande de los nuevos y el flaco Gustavo Alles (24) que tuvo una gran temporada en Progreso.

Los amistosos en Argentina no pueden ser la térmica del nivel, recién son los primeros tres partidos en medio de una pretemporada, que por lo que dicen los jugadores fue muy intensa. Pero en los tres casos se jugó contra equipos de nivel y se ganó en experiencia grupal e individual.

Y tal vez lo que más nos entusiasma sea justamente lo unido y maduro que se muestra el grupo, son varios años de compartir vestuario y viajes internacionales, un fogueo que pocos planteles jóvenes tienen y que en algunos partidos se va a hacer sentir.