No pasó tanto tiempo desde el fin de la tediosa pretemporada. Desde la primera parte que arrancó acá cuando el DT tuvo el pesado laburo de “limpiar” el plantel luego de un año para el olvido, y la segunda etapa donde el equipo se fue a dar “lástima” a Pilar, cayendo con Lanús y San Lorenzo donde según los que vieron algo, no vimos la pelota.

Ocho goles en contra y una línea de tres en el fondo que generaba comentarios típicos de una “crisis” deportiva. Todo entre comillas, todas suposiciones, todo exagerado como habitualmente suele suceder, por algunos propios y otros ajenos.

Yo soy de los que piensa que el fútbol es el hincha, el jugador y la camiseta. Que por más que los partidos se tomen como oficiales, el simple hecho de tener un chaleco naranja en vez de la gloriosa en el pecho, y que las tribunas estén vacías hace que todo sea distinto.

Tuve la fortuna de poder charlar bastante con el profe Roberti y con Diego Markic, ambos integrantes del cuerpo técnico del “Vasco”. Siempre los vi convencidos de lo que hacen, siempre me sentí representado por su visión del fútbol.

Mucho hablamos de famosa la línea de tres, mucho hablamos de que la gente no estaba conforme con lo que estaba pasando. La respuesta de ellos fue siempre: "Nosotros somos los primeros que no estamos conformes”. Eso fue lo que terminó de darme la paz con la que viví las semanas finales de este período.

“A Arruabarrena le damos tres partidos". Esa frase la he escuchado hasta el cansancio. Pues tres partidos van del torneo y el bolso marcha primero con nueve puntos ganados de nueve jugados, con tan solo un gol en contra y con una defensa que marca con línea de cuatro, que por momentos se convierte de tres y que funciona de muy buena forma.

Ya no se escuchan frases condenantes ni hacia el cuerpo técnico ni hacia la directiva, esta directiva que cuando todo era caos, se fue silenciosamente a traer a “Guille” De los Santos y a “Nacho” González.

Esta directiva que repatrió un montón de goles, esos goles que empezaron a venir, que llegaron en tres el pasado domingo cuando Iván y el “Canguro” la mandaron adentro, y que duermen en el banco para cuando el “Morro” la empiece a mandar a guardar.

Creo que ahí puede estar la clave, porque el fondo está firme, el “Nacho” maneja los hilos y el bolso marcha a paso firme, primero, solo y ocho puntos arriba de los rivales de siempre.

Ahora a descansar y esperar un duro partido en la siempre complicada cancha de Jardines. A ratificar que este buen momento trasciende los rivales y que ganar implicaría meter una racha de 4 de 4 que no se ve todos los días.