No más que eso

Sin dramatizar, sin reclamarle nada a nadie, con la cabeza bien alta. Así está River luego de perder el invicto con un grande en su casa.

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Es que poco se le puede reclamar a un cuadro de gurises que pregonan jugar bien en dónde sea. River no especuló como haría cualquier equipo en su lugar, salió a ganar, a lo único que sabe hacer, con las variantes pertinentes, pero siempre mirando para el arco de en frente.

Podríamos perfectamente dramatizar y decir que el equipo no tiene jerarquía para ganar en las que duelen. Podríamos decir también que esta derrota es un golpe anímico terrible para el equipo y que va a ser difícil levantarse, o que Guillermo Almada está desgastado. Pero nada de eso está pasando.

River perdió un partido que perfectamente pudo haber ganado. ¿Por qué? Porque usó las armas de siempre sin importar quién estaba en frente y eso en cierta forma es un triunfo, pese a la derrota. Es el triunfo de la convicción sobre el resultado posible. Es creer, con todo lo que eso trae encima.


Tranquilos darseneros, perdimos tres puntos, nada más que eso. La magia sigue intacta, ganar será cuestión de tiempo, el camino está trazado, hay que seguir apoyando a un equipo que es envidia de muchos.