Tranquilo el Goes
La vuelta del más grande.
Muchos años, demasiados, pasaron desde aquella Liga 2006, la última que vio al Misionero donde tiene que estar por historia, por hinchada, por el respaldo de todo un barrio y algo más.
Atrás quedó aquel plantel para el olvido, el de Niquichenco y Tavokjián, el de Carvalho y Joel Muñoz, aquel equipo nefasto de Da Pra. Aquel equipo que, con un golpe de timón tremendo, ganó ese clásico en la hora que hizo que todos los globos negros los tuvieran que usar para otro fin; aquel equipo que con dos yanquis de otro planeta (Holloway y Bing) metiera flor de remontada que no alcanzó para zafar del descenso.
Y a partir de ahí, como dice esa hermosa bandera, “sufrir y gozar por esta camiseta”. Aunque más lo primero que lo otro. El Metro 2007 y aquella semifinal con una “Bruja” intratable contra Larre Borges y el anunciado final perdiendo el ascenso con Tabaré. Y sí, trajimos a Cárdenas con mil años y 250 kilos…
Metro 2008, el clásico tremendo de Ciro y el triple de Howard que no fue, la desafiliación… Caminar por las paredes por no poder ir a la cancha. La vuelta en Tercera, las 1500, 2000 personas que quedamos afuera de la cancha de Cordón. El partido contra Niquich… perdón, contra Romis en Welcome; el Palacio lleno para terminar con los huevos en la garganta contra Miramar.
Metro 2011 y una nueva frustración por no ascender, y finalmente el 2012 con la tan ansiada vuelta a donde nunca debimos dejar de estar: la Liga.
Y todo esto, en todas las instancias, en las buenas y en las no tanto, sufriendo y gozando, la hinchada más fiel del mundo dejando todo por alentar al Goes. Nunca, pero nunca faltó, y ahora no va a ser la excepción.
Volvimos, y el equipo que se armó invita a soñar. Algunos jugadores ya saben lo que es defender esta camiseta, y vaya si lo han demostrado en la cancha, sobre todo “Kobe” Brian García, que deja la piel en cada bola. Moglia y Demian Álvarez son jugadores interesantes para aportar desde el perímetro, y Marotta en la base.
Galeano va a dar una mano abajo, en el juego sucio, y los yanquis son probados en el medio (a pesar del exceso de humo de Nakiea Miller). En cuanto a Lovera, no es santo de mi devoción, pero esto es Goes y hay que darle para adelante a todos y tirar para el mismo lado.
¿Para qué estamos? Y, para pelearla, como siempre, pero entre los ocho tenemos que meternos, tenemos con qué. A priori Malvín, Hebraica y Defensor parecen despegados, pero el resto está muy parejo. Atenas armó un cuadro que va a ser bravo, y después Biguá, Trouville, Olimpia, Nacional, todo muy parejo.
¿Y los vecinos? Y, como es costumbre, tienen más cuadro que nosotros, es la realidad. Pero eso nunca nos importó; clásicos son clásicos y en Goes se juegan con otra cosa: con el alma, con sangre, con huevo, y sin dudas en el Palacio la fiesta va a ser misionera adentro y, ni que hablar, afuera de la cancha.
Escribir esta columna es un privilegio, aunque a alguno le parezca una estupidez. Es un privilegio, un orgullo y una emoción de la puta madre. Eternamente gracias al tipo que me llevó por primera vez a la cancha: gracias “Coco” Albano. ¡Qué grande, pero qué grande que es el Goes carajo!
Se viene la Liga y estaremos alentándote como siempre, porque ayer, hoy y siempre el barrio estará de fiesta. ¡Tranquilo el Goes!
Atrás quedó aquel plantel para el olvido, el de Niquichenco y Tavokjián, el de Carvalho y Joel Muñoz, aquel equipo nefasto de Da Pra. Aquel equipo que, con un golpe de timón tremendo, ganó ese clásico en la hora que hizo que todos los globos negros los tuvieran que usar para otro fin; aquel equipo que con dos yanquis de otro planeta (Holloway y Bing) metiera flor de remontada que no alcanzó para zafar del descenso.
Y a partir de ahí, como dice esa hermosa bandera, “sufrir y gozar por esta camiseta”. Aunque más lo primero que lo otro. El Metro 2007 y aquella semifinal con una “Bruja” intratable contra Larre Borges y el anunciado final perdiendo el ascenso con Tabaré. Y sí, trajimos a Cárdenas con mil años y 250 kilos…
Metro 2008, el clásico tremendo de Ciro y el triple de Howard que no fue, la desafiliación… Caminar por las paredes por no poder ir a la cancha. La vuelta en Tercera, las 1500, 2000 personas que quedamos afuera de la cancha de Cordón. El partido contra Niquich… perdón, contra Romis en Welcome; el Palacio lleno para terminar con los huevos en la garganta contra Miramar.
Metro 2011 y una nueva frustración por no ascender, y finalmente el 2012 con la tan ansiada vuelta a donde nunca debimos dejar de estar: la Liga.
Y todo esto, en todas las instancias, en las buenas y en las no tanto, sufriendo y gozando, la hinchada más fiel del mundo dejando todo por alentar al Goes. Nunca, pero nunca faltó, y ahora no va a ser la excepción.
Volvimos, y el equipo que se armó invita a soñar. Algunos jugadores ya saben lo que es defender esta camiseta, y vaya si lo han demostrado en la cancha, sobre todo “Kobe” Brian García, que deja la piel en cada bola. Moglia y Demian Álvarez son jugadores interesantes para aportar desde el perímetro, y Marotta en la base.
Galeano va a dar una mano abajo, en el juego sucio, y los yanquis son probados en el medio (a pesar del exceso de humo de Nakiea Miller). En cuanto a Lovera, no es santo de mi devoción, pero esto es Goes y hay que darle para adelante a todos y tirar para el mismo lado.
¿Para qué estamos? Y, para pelearla, como siempre, pero entre los ocho tenemos que meternos, tenemos con qué. A priori Malvín, Hebraica y Defensor parecen despegados, pero el resto está muy parejo. Atenas armó un cuadro que va a ser bravo, y después Biguá, Trouville, Olimpia, Nacional, todo muy parejo.
¿Y los vecinos? Y, como es costumbre, tienen más cuadro que nosotros, es la realidad. Pero eso nunca nos importó; clásicos son clásicos y en Goes se juegan con otra cosa: con el alma, con sangre, con huevo, y sin dudas en el Palacio la fiesta va a ser misionera adentro y, ni que hablar, afuera de la cancha.
Escribir esta columna es un privilegio, aunque a alguno le parezca una estupidez. Es un privilegio, un orgullo y una emoción de la puta madre. Eternamente gracias al tipo que me llevó por primera vez a la cancha: gracias “Coco” Albano. ¡Qué grande, pero qué grande que es el Goes carajo!
Se viene la Liga y estaremos alentándote como siempre, porque ayer, hoy y siempre el barrio estará de fiesta. ¡Tranquilo el Goes!