Celeste anaranjado

Arranca otra semana sin fútbol y no es la primera.

iasa.jpg
Foto: iasa1914.com
Ya se había parado por la participación de la selección cuando recién arrancaba el Apertura, luego por el inesperado paro de los funcionarios de recaudación y ahora nuevamente por partidos de la Eliminatoria sudamericana.

No nos gusta estar un fin de semana sin seguir a nuestros colores, y más cuando esto se repite tan asiduamente (tercera vez en seis fechas).

De todas formas, no hay que ser un experto en la materia para darse cuenta que, en este caso, el parate no nos viene nada mal.

Luego de un buen arranque llegó una seguidilla de malos resultados, la cual aún la estamos padeciendo y tratando de ver cómo salimos de ella.

Los números no son buenos y menos luego del parate. En el primero, veníamos de la derrota frente a Nacional y empatamos frente a Miramar sin goles. Luego, veníamos de la derrota frente a Cerro Largo y Cerro nos venció 4 - 2 en San José. Un punto sobre seis.

Ahora, venimos de la derrota ante los albicelestes y nos espera un duro rival como Liverpool, que acaba de “acordarse” de ganar goleando a Racing en Sayago 3 - 0. Como si esto fuera poco, el partido se jugará en Belvedere.

Partido bravo, complicado y en una situación que no es simple; pero por más que estemos pendientes de lo que vaya a pasar dentro de una semana y poco, hay algo que nos puede desviar -al menos parcialmente la atención- y son los partidos de Uruguay que lo pueden depositar directamente al Mundial, en caso de obtener buenos resultados en estas dos últimas fechas.

Una selección que arrancó con todo, luego se quedó y sobre el final cuando estaba casi sin aire, resurgió para meterse nuevamente en carrera y quedar muy cerca de clasificarse directamente al torneo más importante de todos.

Es cierto, no es lo mismo la naranja que la celeste, aunque a muchos les pese. Pero bueno, miren si en un futuro no muy cercano vemos que hay muchas coincidencias entre ambos. Arrancamos bien, bajón en el medio y levantada al final.

Ojo, nosotros aún estamos a tiempo. Debemos reaccionar ya para no sufrir al final, donde con la soga al cuello y el tiempo contado, no hay margen para el error y una fatalidad te puede lanzar por el precipicio.