Cumplieron
Tercer victoria al hilo para ir al Parque Central con la confianza necesaria.
Foto: Liverpool Fútbol Club - Oficial
El día llegó, el día en que nos acostumbramos a ganar, el día que Liverpool volvió a ser el Liverpool que queremos ver.
En lo previo era un partido importante por el descenso, contra un rival directo. Sigue sonando mal esto, pero hasta que no abandonemos las posiciones de abajo vamos a tener que mencionarlo. También era un partido para prendernos entre los de arriba en el Apertura y sobre todo para confirmar la levantada del equipo.
Comienzo amargo
Rino Lucas nos pegó un sopapo de arranque. Cuando te dan esos golpes podés caer definitivamente y no agarrarle más la mano al partido, o podes despertarte. La calidad de nuestros jugadores se puso a prueba, son situaciones en las que en la reacción de los jugadores se muestra la calidad y el estado de ánimo de los mismos.
Los muchachos despertaron y hasta el minuto 90 dominaron el juego. Con chances de gol... muchas, con dominio del balón... bastante, con efectividad... poca. Pero sobre todo convencidos del planteo táctico, con mucha vergüenza y amor propio.
Los goles hechos
En el minuto 38 Rodrigo tuvo su premio .Todo lo que luchó durante el partido, su solidaridad y abnegación para ir a cada pelota se compensó cuando la red del arco que da a Julian Laguna se infló para que estalláramos todos en un solo abrazo. Se hacía justicia.
Luego el segundo tiempo y otro que había luchado mucho, el “Papo” Barboza, logró convertir su primer y merecido gol en el torneo, el segundo de la tarde para que se desencadenara el enorme festejo dentro y fuera de la cancha. Qué unido se lo ve al grupo.
El tercero, de Rahuofer, tenía que llegar y llegó en el minuto 90, para cambiar sufrimiento por alegría y para que el joven delantero gane la confianza que le falta.
Los que no fueron
Fueron muchos los goles errados. Esto deja dos sensaciones contradictorias, la primera es tranquilidad ya que partido a partido se logra crear muchas situaciones de gol y en las pelotas quietas de ataque ganamos casi siempre.
La segunda es preocupación, ya que contra cualquier cuadro grande esos goles errados se vuelven en contra (frase que nunca se dijo). Sin chiste, es preocupante.
Los penales se están volviendo un problema, por ahora las victorias disimulan esta situación, pero no podemos ignorarla, el fin de semana que viene tenemos un partido en que no vamos a tener tantas chances, las pocas que tengamos no las podemos errar.
Con la mira en el futuro
El futuro es Nacional, el puntero, el equipo al que hace una vida y media que no le ganamos. No se por qué... pero me tengo una fe...
Será tal vez el rival más difícil del torneo y nos toca enfrentarlo ahora. Un momento bisagra, ya que de ganarle nos metemos definitivamente en la conversa y con un inmejorable empujón anímico.
Para llegar con confianza a este partido había que meter los tres partidos que se metieron. Ahora dejar trabajar al “Lolo” que siempre que juega contra los grandes saca un as de abajo de la manga.
Debemos seguir por el sendero que escala la montaña. No se por qué, pero les tengo una fe...
En lo previo era un partido importante por el descenso, contra un rival directo. Sigue sonando mal esto, pero hasta que no abandonemos las posiciones de abajo vamos a tener que mencionarlo. También era un partido para prendernos entre los de arriba en el Apertura y sobre todo para confirmar la levantada del equipo.
Comienzo amargo
Rino Lucas nos pegó un sopapo de arranque. Cuando te dan esos golpes podés caer definitivamente y no agarrarle más la mano al partido, o podes despertarte. La calidad de nuestros jugadores se puso a prueba, son situaciones en las que en la reacción de los jugadores se muestra la calidad y el estado de ánimo de los mismos.
Los muchachos despertaron y hasta el minuto 90 dominaron el juego. Con chances de gol... muchas, con dominio del balón... bastante, con efectividad... poca. Pero sobre todo convencidos del planteo táctico, con mucha vergüenza y amor propio.
Los goles hechos
En el minuto 38 Rodrigo tuvo su premio .Todo lo que luchó durante el partido, su solidaridad y abnegación para ir a cada pelota se compensó cuando la red del arco que da a Julian Laguna se infló para que estalláramos todos en un solo abrazo. Se hacía justicia.
Luego el segundo tiempo y otro que había luchado mucho, el “Papo” Barboza, logró convertir su primer y merecido gol en el torneo, el segundo de la tarde para que se desencadenara el enorme festejo dentro y fuera de la cancha. Qué unido se lo ve al grupo.
El tercero, de Rahuofer, tenía que llegar y llegó en el minuto 90, para cambiar sufrimiento por alegría y para que el joven delantero gane la confianza que le falta.
Los que no fueron
Fueron muchos los goles errados. Esto deja dos sensaciones contradictorias, la primera es tranquilidad ya que partido a partido se logra crear muchas situaciones de gol y en las pelotas quietas de ataque ganamos casi siempre.
La segunda es preocupación, ya que contra cualquier cuadro grande esos goles errados se vuelven en contra (frase que nunca se dijo). Sin chiste, es preocupante.
Los penales se están volviendo un problema, por ahora las victorias disimulan esta situación, pero no podemos ignorarla, el fin de semana que viene tenemos un partido en que no vamos a tener tantas chances, las pocas que tengamos no las podemos errar.
Con la mira en el futuro
El futuro es Nacional, el puntero, el equipo al que hace una vida y media que no le ganamos. No se por qué... pero me tengo una fe...
Será tal vez el rival más difícil del torneo y nos toca enfrentarlo ahora. Un momento bisagra, ya que de ganarle nos metemos definitivamente en la conversa y con un inmejorable empujón anímico.
Para llegar con confianza a este partido había que meter los tres partidos que se metieron. Ahora dejar trabajar al “Lolo” que siempre que juega contra los grandes saca un as de abajo de la manga.
Debemos seguir por el sendero que escala la montaña. No se por qué, pero les tengo una fe...