De piedra
Cosechamos nuestra cuarta derrota en siete partidos jugados al caer este domingo en Las Piedras por 3 - 1.
Foto: Juventud de Las Piedras Oficial
De movida, el equipo no estaba mal armado ni nada que se le asemeje. Tabó dejó el equipo titular para que ingrese González, y Manuel Fernández volvió a jugar desde el arranque. Sin embargo, no empezamos jugando nada bien.
Es cierto que la cancha estaba muy mal pero por momentos ni siquiera intentamos no caer en la tentación del pelotazo. El dominio que impuso el local en los primeros minutos se desvaneció rápidamente y el partido se volvió monótono y aburrido.
Ellos tampoco eran una maravilla, pero en una jugada de otro partido encontraron el gol sobre el final de la primera parte. No iba a quedar tiempo para reaccionar en esa etapa del partido.
Para el segundo partido cambiaron dos cosas muy importantes. La postura del equipo y el ingreso de Dany Acosta en lugar de González, que había tenido una participación discretísima.
De la mano más que nada de Dany, encontramos otro manejo de la pelota en la mitad de la cancha, y aunque no éramos demasiado prolijos, los metimos abajo del arco desde el principio. De hecho, a los pocos minutos ya habían puesto línea de 5 abajo.
Nos costó solamente unos minutos encontrar el gol por medio de nuestro goleador, Gorocito, que no estaba haciendo un buen partido. Y este era el momento de Racing en el partido, teníamos todo para seguir de largo. Presionamos, corrimos, atacamos e intentamos desequilibrar el partido a nuestro favor.
Aun así, no logramos ponernos en ventaja y nos fuimos quedando cada vez más, hasta relegar la posesión de la pelota nuevamente al local.
Creo que nadie es ajeno a la realidad táctica y por ende futbolísticamente del equipo, en cuanto a la posición de esperar ordenados para luego pensar en atacar, pero este partido no estaba planteado de esa manera. Nosotros lo agrandamos a Juventud con esa postura, y si bien el gol llego de casualidad, llegó, y otra vez a remarla de atrás.
Recién ahí vinieron los cambios. Demasiado tarde, Rosario. Intentamos como pudimos volver a igualar el partido; pudo ser en algún desborde, o alguna jugada protagonizada por Acosta, hasta hubo algún tiro libre, pero no pudimos.
Sobre la hora, el árbitro del partido se devoró un penal en el área de Juventud que también podría haber significado el 2 - 2, pero esa es la historia de siempre, no perdimos por el juez. De contragolpe llego el tercero; ya no importaba.
Lo concreto es que volvimos a recibir muchos goles, y eso sí que no le puede pasar a un equipo que depende exclusivamente de su defensa, incluso como método de ataque.
Además nos está faltando eso que nos hacía ganar, incluso si no generábamos muchas chances de gol, pero supongo que eso será cuestión de rachas.
Ahora toca corregir esos aspectos de cara al partido de la semana que viene contra Sud América.
Nos veremos en San José, abrazo cervecero.
Es cierto que la cancha estaba muy mal pero por momentos ni siquiera intentamos no caer en la tentación del pelotazo. El dominio que impuso el local en los primeros minutos se desvaneció rápidamente y el partido se volvió monótono y aburrido.
Ellos tampoco eran una maravilla, pero en una jugada de otro partido encontraron el gol sobre el final de la primera parte. No iba a quedar tiempo para reaccionar en esa etapa del partido.
Para el segundo partido cambiaron dos cosas muy importantes. La postura del equipo y el ingreso de Dany Acosta en lugar de González, que había tenido una participación discretísima.
De la mano más que nada de Dany, encontramos otro manejo de la pelota en la mitad de la cancha, y aunque no éramos demasiado prolijos, los metimos abajo del arco desde el principio. De hecho, a los pocos minutos ya habían puesto línea de 5 abajo.
Nos costó solamente unos minutos encontrar el gol por medio de nuestro goleador, Gorocito, que no estaba haciendo un buen partido. Y este era el momento de Racing en el partido, teníamos todo para seguir de largo. Presionamos, corrimos, atacamos e intentamos desequilibrar el partido a nuestro favor.
Aun así, no logramos ponernos en ventaja y nos fuimos quedando cada vez más, hasta relegar la posesión de la pelota nuevamente al local.
Creo que nadie es ajeno a la realidad táctica y por ende futbolísticamente del equipo, en cuanto a la posición de esperar ordenados para luego pensar en atacar, pero este partido no estaba planteado de esa manera. Nosotros lo agrandamos a Juventud con esa postura, y si bien el gol llego de casualidad, llegó, y otra vez a remarla de atrás.
Recién ahí vinieron los cambios. Demasiado tarde, Rosario. Intentamos como pudimos volver a igualar el partido; pudo ser en algún desborde, o alguna jugada protagonizada por Acosta, hasta hubo algún tiro libre, pero no pudimos.
Sobre la hora, el árbitro del partido se devoró un penal en el área de Juventud que también podría haber significado el 2 - 2, pero esa es la historia de siempre, no perdimos por el juez. De contragolpe llego el tercero; ya no importaba.
Lo concreto es que volvimos a recibir muchos goles, y eso sí que no le puede pasar a un equipo que depende exclusivamente de su defensa, incluso como método de ataque.
Además nos está faltando eso que nos hacía ganar, incluso si no generábamos muchas chances de gol, pero supongo que eso será cuestión de rachas.
Ahora toca corregir esos aspectos de cara al partido de la semana que viene contra Sud América.
Nos veremos en San José, abrazo cervecero.