¡Ganar o ganar!

Llamar a la tercera fecha 'partido bisagra', es exagerado, pero en cierta manera este partido lo es.

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Faltaban cinco minutos para que terminara el partido entre Trouville y Nacional, cuando en una jugada desafortunada Federico Haller se lesionó el tobillo. La sensación en la tribuna tricolor fue general "¡la pu.. no podemos tener tan poca buena suerte!". Siempre pasa algo cuando intentamos poner punto final y empezar una racha positiva.

Todo comenzó en la pretemporada con Muro. Primero una contractura en la espalda y después un esguince lo tuvieron al margen. Se preparaba una buena dupla de extranjeros hasta que Puckett "cantó" enfermedad y debido a la hepatitis regresó a su casa.

La última semana de la preparación no fue la mejor, Roselli y Baamonde estuvieron enfermos, mientras que Diego Pereyra no entrenó debido a una molestia en una pierna.


A pesar de todo se llegó en orden a la primera fecha, pero solamente bastaron cinco minutos para  derribar esa pirámide de naipes. El nuevo extranjero de Nacional, Jason Mc Coy, se hizo un grave esguince y tuvo que ser "cortado" tras el primer partido. 

Si sumamos las lesiones a los problemas que hubo fuera de la cancha durante el partido con Biguá, la situación parecería que no puede ser peor. En la segunda fecha y para mantener el promedio, Federico Haller se lesiona un tobillo y pone en duda la participación en el próximo partido.

Lo que pasó en estas dos fechas fue lógico, y me tranquiliza saber que este equipo no está dando ni cerca de su máximo potencial; un equipo que no baja los brazos y lucha cada partido hasta el final. 

Si se lograra una cierta estabilidad mental, aseguro que los buenos resultados empezarán a aparecer. El problema es claro, quedan solo 12 partidos y el margen de acción es menor a medida que pasa cada partido, y la ansiedad se comienza a sentir.

Llamar a la tercera fecha 'partido bisagra', es exagerado, pero en cierta manera este partido lo es. Hay que tener en cuenta que después vienen los encuentros con Hebraica y Aguada, y para llegar mejor a esos partidos se necesita una victoria.

Los jugadores y el cuerpo técnico están ansiosos por ganar para tener confianza en ellos mismo y la hinchada también está ansiosa. 


El fantasma de la desastrosa campaña del año pasado está presente; la cantidad de partidos perdidos por malograr últimas pelotas sigue muy vigente en el ojo del hincha. Una victoria se vuelve imperiosa para alejar todos los males.

El sábado no tenemos opción, llenar Sayago aprovechando que los socios pagan $60, y hacer uso del buen juego para disfrutar en paz, otro partido de esta Liga Uruguaya.