En un domingo de noviembre después de 11 fechas logramos ganar nuestro primer partido en carácter de visitante. Aclaro que no pude concurrir al Tróccoli como tampoco lo podré hacer en el Mendez Piana ante Cerro Largo. Pero más allá de eso la semana que vivirá Miramar no será tensa sino más bien de calma tratando de seguir sumando o ganando que es lo que imperiosamente necesitamos.

Creo mucho en el cuerpo técnico como lo he escrito en anteriores columnas. Liderado por una persona muy inteligente que en este medio puede y va a dar que hablar si lo dejan trabajar. No armó el plantel pero pudo mostrar su idea en cancha y el equipo otra vez logró dos goles. Ya no nos cuesta una enormidad llegar al arco contrario; en eso también tienen que ver los jugadores que creyeron en la propuesta además de tener a Pandiani en campo que dotó la faz ofensiva.

Para el hincha que sufría a lo largo de las semanas, ahora podrá esbozar una alegría después de tantas pálidas. Se ganó en un terreno muy difícil (donde Peñarol ya perdió y donde Nacional por lo general tampoco gana) donde se hace sentir al visitante verdaderamente visitante, por eso no se me ocurre más que felicitar a todos los artífices de esta victoria ante un rival difícil.

El capítulo de hoy lo definiría como la canción de Diego Torres “pintarse la cara color esperanza” un abrazo a todos a seguir cosechando puntos contra Cerro Largo que es una final y ante todo…

MIRAMAR POR SIEMPRE MIRAMAR

MAURO DE SIMONE-EL HINCHA DE LA MATERA