Matchpoint
6 - 5 con Rentistas: la gota que derramó el vaso para determinar la salida de Tabaré Silva.
Para el olvido el partido que nos ganó Rentistas el domingo: de atrás, con uno menos y en la hora. Hace 21 años (sí, leíste bien, desde el 1992) que los bichos colorados no nos ganaban. Y el domingo se dieron el lujo de hacernos seis.
Seguimos escribiendo historia, pero no de la mejor forma. En la fecha anterior, dejamos que El Tanque nos ganara por primera vez. El domingo, Defensor registró ser el primer equipo en el fútbol uruguayo en hacer cinco goles y no ganar el partido.
Duele ver al equipo tocar fondo de esta forma. Y esta caída en picada terminó de decidir la salida de Tabaré. Creo que es una lástima la manera. Tabaré nos sacó campeones de un Clausura y tal vez debió haberse ido por la puerta grande al finalizar ese campeonato, es cierto que era muy difícil y en definitiva la realidad es otra. Se va bajo un 6 - 5 humillante con Rentistas.
De mi parte, solo agradecimientos por las alegrías que nos trajo en su momento. Estoy convencida de que hizo todo lo que pudo para sacarnos a flote, pero no hubo caso, y obtuvo un Apertura lejos de lo que estamos acostumbrados.
Curuchet agarrará el equipo para hacer lo que pueda con las tres fechas que quedan (honestamente, creo que a esta altura se podrían haber esperado tres partidos más para cesar al cuerpo técnico), y luego ver quién tomará el rumbo definitivo.
La realidad es que Tabaré no fue en ningún momento la única razón para el bajo rendimiento de Defensor. Todos sabemos que la interna del club anda mal hace rato y en el último año se han dado divisiones insólitas entre hinchas, dirigentes y demás.
¡Somos pocos y nos peleamos entre nosotros! Es necesario, sino indispensable, dejar todas estas cosas a un costado y empezar a tirar todos para el mismo lado de una vez por todas. A nadie, pero a nadie, le gusta ver a la viola en esta situación, que tal vez sea la peor en mucho tiempo.
Se precisa de la voluntad de todos nosotros para volver a ver a Defensor donde queremos. Más respeto y tolerancia a nuestros jugadores en las canchas. Más apoyo y menos comentarios desmedidos que no van a lograr dar vuelta ningún partido.
Tranquilidad y paciencia entre los hinchas, frente a un técnico que asume un cargo en condiciones complicadas. Pero no esperemos cambios inmediatos, porque es difícil que lleguen.
¡Vamo arriba, salú violetas!