Pena máxima
Castigo por no poder haber cerrado el partido, en un encuentro que se decidió mediante los doce pasos.
Foto: Marcelo Santa Cruz.
Gran encuentro presenciamos el sábado en Belvedere, donde se enfrentaban el equipo de Liverpool y Juventud, ambos en busca de volver a la victoria.
Volvimos a jugar luego de aquella derrota contra River, injusta, porque a mi parecer hicimos un muy buen partido, y ellos llegaron a los goles tras errores nuestros y el último tras “ayuda” del juez.
El comienzo del partido tuvo a los de la cuchilla manejando el balón a su estilo, abriendo la cancha con Peña, y llegando al arco defendido por Góngora –de gran partido; cuando se lo buscó, respondió- mediante tiros de media distancia.
Muy poco lo nuestro, no aparecía el fútbol, nos veíamos mejor parados de contra, y fue en una de ellas, donde Otreras –otro de buen partido- colocó un exquisito pase por encima de la defensa hacia Blanes, que ingresó al área y remató con tiro rastrero cruzado abriendo el marcador para el canario.
Después se puso “lindo” el cotejo, nosotros pudimos manejar el balón, ellos también cuando lo tenían inquietaban, hasta que en el minuto 34 de ese primer tiempo Fedorzuk cobró penal a favor de los locales. Que fue penal… Que no… Bueno, yo estaba lejos de la jugada y no puedo opinar, lo cierto es que desde los doce pasos empató Barcelo. Venían de errar cuatro penales, tenemos tan poca “liga” que contra nosotros nos lo embocan y encima dos veces.
Y así con empate nos fuimos al descanso. Con la misma tónica empezó el segundo tiempo, muy cortado por parte del juez, cobraba faltas inexistentes, y por la vía de penal tras jugada personal de Otreras marcamos el segundo por intermedio de Franco.
De ahí en más manejamos el balón, pudimos aumentar por medio del mismo Franco tras golpe de cabeza o por Blanes, que ejecutó un gran tiro libre, que De Amores mandó al córner.
Poco y nada lo de Liverpool, que se impacientaba tras las manifestaciones del público local. Algo gravitante fue el ingreso de Puglia, el equipo de Favaro se hizo más del balón en busca del empate, que lo pudo alcanzar tras un despeje del balón por parte nuestra.
Pero el empate cayó otra vez por pena máxima luego que Soto derribó a Puglia en el área. No hay nada que discutir, fue un penal claro, pero al ingresar a la misma tras bajar la pelota el mismo jugador local lo impulsa con una clara mano, que la vio hasta el vecino que estaba en el techo de su casa mirando el partido detrás del otro arco.
Se empató. A la larga fue un resultado justo, ellos luego del empate pudieron llevarse los tres puntos tras reventar la pelota en el palo con una gran chilena y nosotros tras una volea de Marco Antonio, que se fue por encima del horizontal.
No me conformó el arbitraje. Horrible. No dejó jugar, cobró faltas inexistentes claramente se equivocó en dos corners que eran a favor de Liverpool, hay que marcar cuando se equivoca aún cuando me beneficie porque esas pelotas rebotaron claramente en nuestros jugadores y el juez cerca de la jugada no ve que se equivoca, además de no tener igualdad de criterio con las amarillas para un lado y otro.
Pena máxima como castigo por no poder haber cerrado el partido, en un encuentro que se decidió mediante los doce pasos.
A seguir así, intentando jugar, nos falta cerrar el partido y volver a ganar. El próximo fin de semana recibimos a Cerro, rival directo en la del descenso y. como sea, hay que ganarle.
Volvimos a jugar luego de aquella derrota contra River, injusta, porque a mi parecer hicimos un muy buen partido, y ellos llegaron a los goles tras errores nuestros y el último tras “ayuda” del juez.
El comienzo del partido tuvo a los de la cuchilla manejando el balón a su estilo, abriendo la cancha con Peña, y llegando al arco defendido por Góngora –de gran partido; cuando se lo buscó, respondió- mediante tiros de media distancia.
Muy poco lo nuestro, no aparecía el fútbol, nos veíamos mejor parados de contra, y fue en una de ellas, donde Otreras –otro de buen partido- colocó un exquisito pase por encima de la defensa hacia Blanes, que ingresó al área y remató con tiro rastrero cruzado abriendo el marcador para el canario.
Después se puso “lindo” el cotejo, nosotros pudimos manejar el balón, ellos también cuando lo tenían inquietaban, hasta que en el minuto 34 de ese primer tiempo Fedorzuk cobró penal a favor de los locales. Que fue penal… Que no… Bueno, yo estaba lejos de la jugada y no puedo opinar, lo cierto es que desde los doce pasos empató Barcelo. Venían de errar cuatro penales, tenemos tan poca “liga” que contra nosotros nos lo embocan y encima dos veces.
Y así con empate nos fuimos al descanso. Con la misma tónica empezó el segundo tiempo, muy cortado por parte del juez, cobraba faltas inexistentes, y por la vía de penal tras jugada personal de Otreras marcamos el segundo por intermedio de Franco.
De ahí en más manejamos el balón, pudimos aumentar por medio del mismo Franco tras golpe de cabeza o por Blanes, que ejecutó un gran tiro libre, que De Amores mandó al córner.
Poco y nada lo de Liverpool, que se impacientaba tras las manifestaciones del público local. Algo gravitante fue el ingreso de Puglia, el equipo de Favaro se hizo más del balón en busca del empate, que lo pudo alcanzar tras un despeje del balón por parte nuestra.
Pero el empate cayó otra vez por pena máxima luego que Soto derribó a Puglia en el área. No hay nada que discutir, fue un penal claro, pero al ingresar a la misma tras bajar la pelota el mismo jugador local lo impulsa con una clara mano, que la vio hasta el vecino que estaba en el techo de su casa mirando el partido detrás del otro arco.
Se empató. A la larga fue un resultado justo, ellos luego del empate pudieron llevarse los tres puntos tras reventar la pelota en el palo con una gran chilena y nosotros tras una volea de Marco Antonio, que se fue por encima del horizontal.
No me conformó el arbitraje. Horrible. No dejó jugar, cobró faltas inexistentes claramente se equivocó en dos corners que eran a favor de Liverpool, hay que marcar cuando se equivoca aún cuando me beneficie porque esas pelotas rebotaron claramente en nuestros jugadores y el juez cerca de la jugada no ve que se equivoca, además de no tener igualdad de criterio con las amarillas para un lado y otro.
Pena máxima como castigo por no poder haber cerrado el partido, en un encuentro que se decidió mediante los doce pasos.
A seguir así, intentando jugar, nos falta cerrar el partido y volver a ganar. El próximo fin de semana recibimos a Cerro, rival directo en la del descenso y. como sea, hay que ganarle.