Un nuevo fin de semana y una nueva marcha hacia el interior del país. Esta vez el destino fue Florida.

En el camino encontré que había mucho milico parando autos en varios puntos. Al preguntarles por qué estaban allí contestaron que era por la hinchada de Cerro. La respuesta me enojó bastante porque hace bastante que no hay tanto lío relacionado a la barra, y haber quedado etiquetado como “hinchada problemática” por cosas que pasaron hace tiempo me rompe bastante las pelotas.

De todas formas, no es una discusión para este momento porque ¡GANAMOS! No de la forma más linda pero se nos dio el resultado.

Para quien no vio el partido, hubo cuatro tarjetas rojas, dos para cada lado y creo que bien sacadas. Con esos condimentos, más el “fanatismo”,  obviamente que fue un partido emocionante donde no sabías quién podía llevarse los tres puntos.

Me pasó que en los dos goles de Romario me costó darme cuenta si efectivamente habían sido gol, en especial con el segundo que me pareció que estaba fuera de juego. Me costó porque no los festejó, porque fue respetuoso con su ex equipo, no como el sorete (sustituible por otros improperios) de Mello que nos refregó el gol en la cara.

La expulsión de Dadomo me dio una lástima porque había entrado hacia muy poco y no ha estado jugando en partidos anteriores, cosa que todavía sigo sin saber por qué.

Qué bien que entró Maxi Pereira. Demostró que sabe con la pelota y dio un poco más de confianza en la defensa.  Está bueno saber que Danilo lo tiene un poco más en cuenta y, en una de esas, en el futuro saca a Lago.

El próximo rival es Miramar. Se supone que deberíamos ganar porque están peor que nosotros, aunque no se necesita mucho. Igualmente, si hay algo en lo que se caracteriza Cerro es en revivir muertos.