La última función
El domingo en el Viera, el Mago Marcarié deleitó por última vez.
En un partido terrible para los hinchas verdinegros, sacó los últimos trucos de la galera.
Es que Juan desde el primer minuto, enamoró a la hinchada con su fantasía y una capacidad técnica que demostraba que era un jugador diferente, de esos que se ven muy poco en el fútbol uruguayo.
¿Cómo olvidarse de tanta genialidad? La cabeza levantada, para sacar de la manga un pase justo. Ese que dejaba a su compañero en el camino del gol. La moña cortita o el sombrero, pero no para hacer la individual y llevarse los aplausos, sino para contribuir al juego del equipo.
Como el traje de un mago, la 10 en la espalda anunciaba que el show iba a comenzar. Pero, cuando los conejos no salían de la chistera, cambiaba el smoking por el overol, dejando todo en cancha.
No solamente se va de El Tanque un gran jugador, sino que se despide un terrible tipo. Ese que tuvo palabras de apoyo en momentos embromados, el que siempre tenía 5 minutos para charlar con los hinchas y nunca faltaba el saludo a la pasada a los de atrás del alambrado.
¡Gracias por tanto Mago! De corazón, deseamos que sigas deleitando tribunas en donde te toque estar.
Esperemos que este no sea un "hasta siempre" y nunca vamos a dejar de soñar verte con la verdinegra otra vez. Esta es tu casa.
Es que Juan desde el primer minuto, enamoró a la hinchada con su fantasía y una capacidad técnica que demostraba que era un jugador diferente, de esos que se ven muy poco en el fútbol uruguayo.
¿Cómo olvidarse de tanta genialidad? La cabeza levantada, para sacar de la manga un pase justo. Ese que dejaba a su compañero en el camino del gol. La moña cortita o el sombrero, pero no para hacer la individual y llevarse los aplausos, sino para contribuir al juego del equipo.
Como el traje de un mago, la 10 en la espalda anunciaba que el show iba a comenzar. Pero, cuando los conejos no salían de la chistera, cambiaba el smoking por el overol, dejando todo en cancha.
No solamente se va de El Tanque un gran jugador, sino que se despide un terrible tipo. Ese que tuvo palabras de apoyo en momentos embromados, el que siempre tenía 5 minutos para charlar con los hinchas y nunca faltaba el saludo a la pasada a los de atrás del alambrado.
¡Gracias por tanto Mago! De corazón, deseamos que sigas deleitando tribunas en donde te toque estar.
Esperemos que este no sea un "hasta siempre" y nunca vamos a dejar de soñar verte con la verdinegra otra vez. Esta es tu casa.
Por Daniel y Rodrigo Fessler