Pasa, todo pasa

Se nos terminó el torneo y, por lo menos, pudimos rescatar los últimos tres puntos que quedaban.

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¡Qué jornada la del sabado, por favor! Con el calor que hizo daban más ganas de ir a la playa que a la cancha. Pero el sufrimiento por fin dio sus frutos.

Ya venía padeciendo el aburrimiento desde el partido anterior con Fénix que, si alguien tuvo oportunidad de verlo, era más divertido chupar un clavo que mirar eso. Y pintaba que contra Liverpool el sábado iba a ser igual, mas no.

Bueno sí, porque fue un poco aburrido y sobre todo malo pero, contra cualquier pronóstico, sacamos la ventaja tan anhelada.


Si bien fue un partido malo, tuvimos muchas chances de gol. Estaba completamente cerrado el arco para nosotros pero para los de la cuchilla pasó completamente lo contrario, convertir resulto fácil y hasta no tan merecido.

Sigo sin tener idea quién hizo los goles de Cerro porque estaba del otro lado de la cancha, en la Chile (lo que sería la Ámsterdam en el Centenario), y no pude ver nada.

El que sí sé que no fue es Romario que sigue suspendido desde el partido con Juventud. Fue suspendido por cuatro fechas para que no salga goleador del campeonato pero la jugada salió mal, ¡porque en relación goles y partidos jugados el petiso les rompe el culo a todos!

Más allá de la felicidad que me da haber ganado y respirar un poco más, fue horrible ver el Tróccoli con tan poca gente. El clima, los resultados anteriores y los precios de las entradas para lo que venimos haciendo en este campeonato, no ayudaron en nada a la concurrencia.

De todas formas, los hinchas siempre decimos 'hay que estar en las buenas y en las malas', y esta es la mala de Cerro. Jugadores, técnicos y dirigentes pasan y se van del club. Nosotros nos quedamos para aguantarlo y sacarlo adelante.


Son estos momentos cuando más tenemos que estar, para gritar y que nos escuchen en toda la capital: ¡Cerro Cerro carajo!