Pisamos fuerte
Con la llegada de Caneiro y Robert Joseph el equipo cambió su esencia.
La victoria de Nacional sobre Bohemios confirma el gran momento del equipo tricolor que desde la llegada de Caneiro registra 5 victorias y 4 derrotas. Su llegada no solo sirvió para reafirmar conceptos basquetbolísticos, sino que ayudo a regenerar un clima que se había perdido en los últimos partidos de Daniel Mancione.
No es que el trabajo del hoy técnico de Montevideo haya sido malo, sino que simplemente Gonzalo parece tener la clave para manejar con éxito jugadores de mucho carácter como Alejandro Muro y Diego Pereyra, los cuales han terminado con su mal humor y han incrementado en su aporte al equipo.
No solo ha logrado exprimir el máximo de estos dos jugadores, sino de gran parte del plantel aumentando el largo del mismo al comenzar a utilizar con mayor frecuencia a jugadores que habían tenido pocos minutos.
El caso por ejemplo de Mauricio Trasante, base de gran trayectoria en Olimpia y Trouville entre otros, llegó a Nacional con muchos pergaminos y le ha costado demostrar debido a la poca y mala utilización que le han dado.
Todo cambió y el base ha comenzado a ganar minutos en cancha, gracias a un gran intensidad defensiva en primera línea, en el último partido robó dos pelotas al mejor estilo John Stockton. Todavía le queda en el debe ser un poco más influyente en ofensiva, pero gracias a su traslado seguro es muchas veces más útil que otros bases.
También hay que destacar el esfuerzo de Caneiro por darle minutos a los jugadores más desplazados como son los sub 23 más jóvenes. Muchos no lograrán comprender lo que significa para un joven de 18 años jugar un partido de Liga Uruguaya. Por lo que valorarán la oportunidad que el técnico les da aunque sea en partidos liquidados a favor o en contra. No solo les estás dando confianza sino que eleva la moral de jugadores que son importantes para mantener el vestuario unido.
Muchas veces son los que sostienen la intensidad en las prácticas o mantienen alto el espíritu del equipo en el vestuario. Con estos aportes Caneiro dejó de formar un equipo de 6 o 7 jugadores para formar un verdadero plantel.
Por último resulta imposible escribir esta columna sin hablar de Robert Joseph y la importancia que ha tenido en que el equipo cambie de actitud. El extranjero al cual podría definir con la palabra "serio" ha hecho de Nacional un equipo con mayor consistencia en el juego interno. Han mejorando los números de rebotes y tapones por partido, permitiendo además a Angelo Riley, con quien hacen una gran dupla, jugar más suelto y de cara al tablero como le gusta a él.
Mención especial para la gente que fue al último partido. Después del campeonato perdido el domingo, no era fácil ir a la cancha de Bohemios a seguir sufriendo. La gente alentó durante los 40 minutos, y en un partido bien feo -feo como pegarle a Dios se podría decir- los jugadores no fallaron y ganaron a pura jerarquía. Tomen nota jugadores del fútbol, a veces se necesita un poquito más que buen juego para ganar.