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Arranca la segunda parte de la Liga y el misionero tiene que levantar cabeza.
Se cerró la primera parte de la Liga con el objetivo cumplido y con creces: entramos entre los ocho mejores con varias fechas de anticipación y con momentos de muy buen básquetbol.
Pero queda la sensación amarga del cierre de la primera fase, la derrota clásica y las dos caídas posteriores, primero ante Unión, que ni siquiera se metió entre los ocho, y una paliza contra Malvín.
Pero estamos a tiempo de recuperar el nivel, y material hay. El equipo, salvo Miller, es el mismo, y demostró que puede y debe rendir mucho más que en los últimos partidos.
En cuanto al nuevo extranjero, debo decir que no pude verlo en el partido contra Malvín. A la luz de los números, no puede decirse que tuvo un debut auspicioso, pero también es cierto que contra el playero jugamos un partido para el olvido. En estos partidos Gaston tendrá la posibilidad de demostrar si tiene el nivel suficiente para los desafíos que se nos vienen.
¿Podemos meternos entre los cuatro primeros? Y... es difícil, y es ahora cuando duelen mucho los puntos de la sanción. Un punto más, en estas instancias, hace la diferencia, pero todavía podemos revertirlo.
De los siete rivales, a tres les ganamos bien (Hebraica, Biguá y Atenas), y con Trouville y Defensor estuvimos ahí, a nada (todavía no se borra de la memoria el triple terrible de Cabot).
¿Y el clásico? Como ya sabíamos cuando perdimos bien en el Palacio: tenemos revancha. Y tendremos revancha donde vale, en la cancha. ¿Que va a ser difícil? Sin dudas, pero el misionero ha demostrado más de una vez que, teniendo menos en los papeles, juega estos partidos con otra cosa, y los gana.
La hinchada, como siempre, va a estar al firme alentando al equipo. Equipo para pelear hay, es cuestión de acordarse de lo bueno que hicimos a lo largo del torneo.
Todo empieza de nuevo, y vamos a tener la chance de demostrar que estamos para cosas importantes. Por eso, hoy más que nunca, ¡tranquilo el Goes!
Pero queda la sensación amarga del cierre de la primera fase, la derrota clásica y las dos caídas posteriores, primero ante Unión, que ni siquiera se metió entre los ocho, y una paliza contra Malvín.
Pero estamos a tiempo de recuperar el nivel, y material hay. El equipo, salvo Miller, es el mismo, y demostró que puede y debe rendir mucho más que en los últimos partidos.
En cuanto al nuevo extranjero, debo decir que no pude verlo en el partido contra Malvín. A la luz de los números, no puede decirse que tuvo un debut auspicioso, pero también es cierto que contra el playero jugamos un partido para el olvido. En estos partidos Gaston tendrá la posibilidad de demostrar si tiene el nivel suficiente para los desafíos que se nos vienen.
¿Podemos meternos entre los cuatro primeros? Y... es difícil, y es ahora cuando duelen mucho los puntos de la sanción. Un punto más, en estas instancias, hace la diferencia, pero todavía podemos revertirlo.
De los siete rivales, a tres les ganamos bien (Hebraica, Biguá y Atenas), y con Trouville y Defensor estuvimos ahí, a nada (todavía no se borra de la memoria el triple terrible de Cabot).
¿Y el clásico? Como ya sabíamos cuando perdimos bien en el Palacio: tenemos revancha. Y tendremos revancha donde vale, en la cancha. ¿Que va a ser difícil? Sin dudas, pero el misionero ha demostrado más de una vez que, teniendo menos en los papeles, juega estos partidos con otra cosa, y los gana.
La hinchada, como siempre, va a estar al firme alentando al equipo. Equipo para pelear hay, es cuestión de acordarse de lo bueno que hicimos a lo largo del torneo.
Todo empieza de nuevo, y vamos a tener la chance de demostrar que estamos para cosas importantes. Por eso, hoy más que nunca, ¡tranquilo el Goes!