Clásico (a)típico

Volvimos a caer en un clásico en el Parque Osvaldo Roberto un domingo de mañana.

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Primero que nada, me gustaría, desde este minúsculo medio de expresión, aclararles a algunos periodistas que de esto se tratan los enfrentamientos entre Racing y Fénix: de clásicos. Así lo sienten los hinchas, así lo sienten los jugadores del club y así se viven.

Dicho esto, en un clásico de visitantes, volvimos a ser locales, y volvimos a perder en dicha condición este fin de semana, víctimas de haber cometido los pecados de siempre.

Hace mucho que los 3 puntos no quedan en manos del locatario, pero hace muchos más que la fiesta está de nuestro lado. Papel picado, globos, humo, cánticos y mucha gente no faltaron para recibir al equipo con la esperanza de ganar un nuevo clásico en Sayago después de ya bastante tiempo.

Larriera plantó en la cancha a los jugadores que terminaron haciendo un buen partido en la victoria frente a Miramar. Lógico era el ingreso de Leandro Ezquerra por Cayetano; no así el de Affonso.

Si bien no tuvo malos minutos cuando le tocó ingresar la semana pasada, y también es cierto que Agustín no estuvo en su mejor nivel, no sé si eso justificaba el cambio. Evidentemente, el entrenador buscó un poco más de poder, o de peso ofensivo y, en cierta medida, lo estaba logrando. 

Tristemente, no me encontraba en la capital, y por primera vez en más de un año, no pude hacerme presente en Sayago. Pero hasta en el televisor afectado por la humedad en el que me tocó ver el primer tiempo, se notaba que Racing era más.

Incluso tuvimos tres chances de gol en una misma jugada cuando el partido estaba igualado. Pero apareció la inefectividad de todos los fines de semana, y conspiró (junto con el arquero visitante) para que el partido se mantenga en tablas.

Muy poco tiempo después de lo anterior, y después de un despeje del golero de los de Capurro y un desvío, apareció completamente solo un atacante visitante. Tan solo estaba, que a pesar de parar muy mal la pelota, pudo definir cómodamente y poner el 1 - 0.

El dominio de La Academia no cesó del todo, pero sí se notó cierto nerviosismo y, poco después, volvió a caer la valla de Contreras cuando el mismo atacante volvió a quedar solo y asistió a un compañero para ponerse arriba por dos goles.

Sentimos claramente el impacto de este segundo gol y, sobre la hora, Aníbal Hernández (que jugó notablemente motivado) puso el tercero.

El manejo de la pelota era de Racing, sin embargo ellos en dos jugadas y un tiro desde el borde del área, nos marcaban tres goles. Al parecer nadie le encuentra la vuelta a los temas de siempre: la falta de gol y las desatenciones defensivas.

Para el segundo tiempo logré encontrar un televisor sin problemas de imagen. Lo que no cambió fue el partido. Dominio de Racing, pero sin profundidad. El ingreso de Agustín Gutiérrez le cambió un poco la cara al equipo, pero nos sigue faltando alguien que la meta adentro.

El no poder ni siquiera descontar hizo que Fénix ganara el partido sin pasar sobresaltos. La amarga realidad, es que perdimos bien. No tiene sentido discutir la justicia o no del resultado (o lo abultado del mismo).

Lo cierto es que Juan Tejera planteó bien el partido y tuvo su premio. Lo lamentable de esto, es que debería seguir estando en nuestro banco, y no en el de ellos, pero bueno, la economía manda. Si después de haberlo sacado de 6 años sin dirigir en Primera División justificaba que pidiera un sueldo tan elevado es otro tema.

Otro hecho que se desprende de la derrota del domingo, es que Fénix, ahora nueve puntos arriba, ya no es un rival en el descenso. Así y todo, si el campeonato terminara hoy, estaríamos permaneciendo en Primera un año más; por ende habrá que seguir luchando hasta el final, porque esto es Racing.