Qué lindo ir a ver a Racing y saber que aunque los resultados no nos acompañen, la gente si lo hace. Mientras hay equipos que van primeros y no son capaces de poblar las tribunas de sus propios recintos, nosotros fuimos locales en otra cancha.

Lo negativo de cara al partido, fue constatar que seguimos teniendo problemas con las lesiones, y por ende, no pudimos contar ni con Carlos Díaz ni con Malrechauffe. Los suplieron Cayetano (de discreta labor) y Manuel Fernández, que como siempre, rindió de acuerdo a lo esperado. El resto se mantuvo igual.

Repetimos un buen primer tiempo y por momentos, desplegamos buen futbol y superamos a Miramar, que es justo decir, sin ser por lo que podía generar Pandiani, no tiene demasiadas sorpresas. Cuando el selvático campo de juego del Méndez Piana nos lo permitió, abrimos bien la cancha, tocamos y desbordamos. Varias fueron las chances que tuvimos de abrir el marcador, pero nunca con éxito. El problema de siempre. Las mejores esta vez, las tuvo Zabala, que no pudo doblegar al arquero locatario.

El final del primer tiempo, así como el principio del segundo, ya fue otra historia. Ellos se acomodaron un poco mejor en la cancha y el partido se hizo más disputado. Quizás la diferencia esta vez, fue tener un técnico que hiciera cambios para ganar, en lugar de conformarse con un simple empate.

Primero ingresó Affonso por Gutiérrez (que no tuvo mal partido, pero se había “puesto el balde”) y más adelante Cayetano le dejó el lugar a Ezquerra, que definitivamente cambió el trámite del partido.

Leandro evidentemente tiene un notable manejo de la pelota y de los tiempos y eso no demoró en hacerse notar en el juego de la Academia. Quedó más que evidenciado cuando recogió un rebote al borde del área y, cuando todos pensábamos en un remate al arco, él puso un centro al segundo palo para que entre solo Gorosito y abra el tanteador.

Después del gol, los dejamos venir un poco. Pero cuando pensamos que tocaba cumplir con la costumbre de sufrir un calvario los últimos minutos del partido, Tabó lideró y culminó un contragolpe notable para poner cifras definitivas.

No hace falta decir que este era un partido no solo de 6 puntos, si no de 9, que son los que habría sumado en la fatídica el Cebrita de habernos superado. Además del efecto anímico y la presión que habría generado recibir sin puntos a Fénix, que encima de todo llega primero.

Nosotros sin tener ningún padrino rico que nos traiga jugadores, también nos hemos arreglado para tener un plantel competitivo. Y ya empezamos a palpitar lo que esperamos sea una nueva victoria en el Roberto. Lo único similar a un clásico en el Capurro, será que la mayoría de la gente que asista, sea de Racing. Como siempre vamos a convertirlo en una fiesta y ganar el partido que les ganamos siempre, el de la tribuna.

Vamos Acadé’