Espalda ancha

El capitán se puso el cuadro al hombro y con sus actuaciones ganamos los dos partidos que necesitábamos para avanzar.

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Terminó una serie de playoff que tuvo de todo. Momentos de muy buen básquet, momentos en los que realmente no se jugó del todo bien, rotación de extranjeros, entradas que se agotaron en un abrir y cerrar de ojos, y pulmones de seguridad. Esto entre tantos otros condimentos que hicieron que fuera una serie que no se definiera hasta el último minuto. Lo importante es que más allá de todos los obstáculos, estamos una vez más, como la historia de la Liga manda, en cuartos de final.

Gracias al buen año del equipo en general y por la forma de disputa de la Liga, comenzamos la serie con ventaja de 1 – 0. En la cancha, una serie capicúa. Se ganó el primer partido en Chucarro con un triple en la hora de Joaquín, sobre quien no quedan adjetivos si no solo palabras de agradecimiento. Siempre que los partidos se presentan cuesta arriba, como el gran capitán que es, se pone el equipo al hombro y este primer partido no fue la excepción.

En los siguientes dos juegos en la cancha de Bohemios se vio por momentos un equipo muy desorientado. Curtis, en mi opinión uno de los centros más determinantes de la Liga si no el más determinante, se hacía muy difícil de marcar. Más aún, muchos de nuestros jugadores mostraron un nivel más bajo del que estamos acostumbrados a ver y eso nos costó muy caro. Cuando quisimos acordar la serie estaba empardada en dos y había que definir en Chucarro.

En casa perdimos solo dos partidos en el año y a este equipo se le tocó mucho el orgullo. Se habló mucho, se nos dio por muertos. Volvió la dupla extranjera original, Terrell – White, que fue con la que se ganó el primer partido. El equipo entró enchufadísimo y logró sacar una renta de hasta 19 puntos. Pero en el último chico, Bohemios llegó a pasar con un triple de Rak, llegando así al final del juego punto a punto. Una vez más en estas situaciones es cuando da gusto contar con Joaquín que con un triple clave nos devolvió la ventaja que no cederíamos hasta el final del partido, logrando así la clasificación a cuartos de final.

Gran trabajo de Terrell y notables minutos de Nando, quien no había tenido minutos el cuarto juego de la serie. Excelente conducción de Manu y decisivos minutos de Soarez, quien fue el que defendió mejor a Curtis en toda la serie. Enunciado aparte para el Rana Bascou, un hincha dentro de la cancha, que más allá de tener mejores o peores partidos, sus ganas y actitud van a estar siempre garantizadas.

Con la victoria sonó el “yo te daré” más fuerte que nunca y los abrazos entre los nuestros se multiplicaron en Chucarro. Qué lindo poder decir “entre los nuestros”, ganar y festejar entre los amigos de siempre, sin molestar a nadie ni provocar. No todos pueden decir lo mismo, pero eso es lo que nos hace aún más grandes.

El sábado volvemos al Palacio una Liga más. Atenas será el rival al mejor de 5, y como siempre, una vez más, hay que ir partido a partido. Fe sobra.