Deambulando por el pasado, llego al año 2002 donde subimos de la mano de Roland Marcenaro un gran técnico y estratega y gran persona sobre todas las cosas.

Ese equipo nos hizo soñar en la vieja B con algo más que conformismo. Jugaba, pelota al piso, circulación de pelota, el rival corría atrás de la pelota en pos de recuperarla. Ese equipo tenia muchos jugadores de la cantera como el “patrón” De Castro, Diego Peinado, Cardozo, el Tincho Crossa, el raviol Varela, El Rafa Bermúdez, el Tore, y tantos otros que la memoria no me da como para recordarlos a todos.

A su vez tenia a Leo Bordad en el arco, Federico Perego, El Pepe Bolon (el mejor 5 que vi), Victor Pedrozo, Adrián Speranza y Román Cuello. Eran un infierno para los adversarios y se logró el ascenso a primera. Terminando el año Roland hacía un picadito entre los hinchas y los jugadores, todos estábamos en la misma sintonía, además de estar unidos tanto los que vestían la casaca como los que alentaban del otro lado del alambrado.

Llegó el gran escenario en primera división y Miramar jugaba por abajo como lo hacía en la B, ganaba, perdía, empataba. En el Apertura 2003 y en el clausura 2003 estuvo a 3 fechas de lograr la hazaña del campeonato peleándole a Peñarol ese torneo. Fuimos a la liguilla, algo impensado para nuestro club, donde nos mataron jugando partidos en menos de 24 hs.

Sin olvidar que estábamos en primera, al terminar la temporada volvimos a repetir el partido de hinchas y jugadores con asado mediante al final de año. Con este editorial quiero sacarle una sonrisa en este viaje tanto mental como memorial del pasado; porque el presente nos frunce el ceño y nos deja en nuestro rostro lo que el tango de Gardel decía “La vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser”.

Espero haberles alegrado la semana con este recuerdo. Hasta la próxima por un Miramar que apueste desde la cantera y a la infraestructura que tanto necesita.

MIRAMAR POR SIEMPRE MIRAMAR