Más que un clásico, fue el choque entre dos proyectos de años de trabajo, dos maneras de ver y jugar el buen fútbol. Aplaudo a estos cuadros que creen en formativas y en el trabajo diario.

Hace años el fútbol nos viene avisando que está cambiando y que los mejores partidos ya no se ven ni se juegan en el Estadio Centenario. Pero, como en todo, hay un ganador. En este caso, un justo y merecedor River Plate.

¿Cuáles fueron las piezas fundamentales de este partido? En el primer tiempo Wanderers tuvo más control de pelota, nos lastimó mucho con bolas profundas y cortando todas las salidas desde el fondo.

El cero de River se mantuvo por el excelente trabajo de los zagueros Kily González y Williams Martinez, una defensa que se muestra cada vez más sólida y concentrada. También el gran desempeño que viene demostrando Damián Frascarelli.

En el segundo tiempo hubo un cambio. River empezó a hacer un gran trabajo de recuperación y buena entrega de balón en el medio de la cancha con Gabriel Marques y Hamilton Pereira, los pilares fundamentales de esta victoria. Gracias al trabajo de ellos, los volantes despertaron, pudiendo volver a la explosión y creatividad insostenible que tiene este cuadro.

Martin Alaniz viene siendo fundamental para este River creativo, explosivo y con buen pie. Al igual que Lea Rodriguez, el tiempo hizo su trabajo en ellos. Se les dio minutos en el campeonato anterior, hicieron buenas armas y hoy son titulares indiscutidos.

Como había mencionado la columna pasada, Danubio, Nacional y Peñarol dejaron puntos en esta fecha, el campeonato viene muy parejo. Sigamos por esta línea de tranquilidad y apoyo al equipo.