Nada para reprochar
Se perdió 1 - 0 ante River, y fue justo el resultado. Hasta la expulsión estaba para cualquiera, luego el partido fue otro.
Veníamos de vencer a un lastimoso Nacional, que ahora se dio el lujo de perder con el último de local. Era el primer triunfo en la era Arias ante uno de los dos equipos con privilegios de nuestro fútbol.
Peñarol nos había derrotado nuevamente “con la camiseta”. Frente al tricolor hubo actitud y pasajes de buen fútbol, argumentos más que suficientes para ganarle a estos rivales, que sinceramente no juegan a nada.
Habiéndonos sacado esa espina, se venía una verdadera final ante River Plate. Eran 3 puntos claves para las dos tablas, Clausura y Anual. Fue una verdadera fiesta, se vio un lindo espectáculo, pero los muy bien dirigidos por Almada consiguieron la victoria.
Al arribar al Saroldi sobre las 15:40 me encuentro con dos filas enormes, una para sacar entrada y otra para ingresar. La cola para ingresar era de casi una cuadra, avanzaba a paso lento, y recién pude entrar con el partido ya empezado.
Mientras mucha gente seguía afuera, los que estábamos adentro no teníamos lugar para ubicarnos. Un pulmón innecesario, una cabecera vacía, los hinchas hacinados y gente afuera que se quedó sin entrada. Nuestros dirigentes... en Punta del Este.
Otra demostración de la impresentable conducción del fútbol uruguayo, que favorece a los que rompen todo, y que hace todo lo posible para que los normales no vayamos más. Agrego que hacía mucho calor y no había agua en los baños, ni bebidas disponibles en los puestos de venta. Completito.
La concurrencia en general fue muy buena, y no sorprendió que Wanderers agotara sus localidades, sorprende no haberlo previsto. Nosotros nos preocupamos por los palquistas y butaquistas de otros clubes, ¿y por nuestra gente quién se preocupa?
De lo que pasó dentro de la cancha no hay mucho para decir, se dio un juego dentro de lo esperado. Fue de ida y vuelta, con los dos equipos intentando desequilibrar por abajo.
Nos fuimos al descanso con nuestros dos volantes centrales amonestados. Era bastante probable que alguno de ellos no completara los 90’, y así fue: sobre los 15’ del complemento Santiago vio la segunda amarilla y comenzó otro partido. Nos quedábamos con uno menos, con el agravante que perdíamos al que hasta ese momento era el mejor jugador de la cancha.
A los pocos minutos el “Chapa” (de gran partido) perdió una chance clara, y en la recarga llegó el gol darsenero. Arias hizo cambios buscando el empate, los jugadores buscaron por todos lados, pero el marcador no se modificó.
Es de esos partidos que cualquier falla o ventaja se paga caro. Mientras estuvimos 11 contra 11, parecía que lo podíamos ganar. A partir de la roja se nos hizo muy cuesta arriba, era lógico teniendo en cuenta el potencial del rival.
Creo que River está mejor balanceado que nosotros, más equilibrado en sus líneas. Uno piensa en chiquititos veloces imposibles de contener. Pero tengo claro que los aportes de Taborda, Cristian González y W. Martínez son fundamentales. Tipos experientes que sostienen al equipo, y cuando hay que poner presencia o ir al frente no se esconden.
A Wanderers le faltan un par de “veteranos” más en el plantel. En ese rubro tenemos únicamente a Sergio Blanco, y considero que la diferencia entre pelear y definir puede estar ahí.
No me fui enojado de la cancha, se hizo todo lo que se pudo, estuvimos cerca. Sigo lamentando los 3 puntos contra Peñarol, pero cuando me ganan jugando mejor, lo acepto.
La posibilidad de pelear la Tabla Anual parece ya muy lejana, debemos enfocarnos en lo que resta del Clausura, que cualquiera lo puede ganar, está todo muy apretado.
Ahora tenemos otra final ante Danubio, es en nuestra casa y no podemos fallar. No tengo dudas que nuevamente estaremos ante 5 o 6 mil personas en las tribunas.
Peñarol nos había derrotado nuevamente “con la camiseta”. Frente al tricolor hubo actitud y pasajes de buen fútbol, argumentos más que suficientes para ganarle a estos rivales, que sinceramente no juegan a nada.
Habiéndonos sacado esa espina, se venía una verdadera final ante River Plate. Eran 3 puntos claves para las dos tablas, Clausura y Anual. Fue una verdadera fiesta, se vio un lindo espectáculo, pero los muy bien dirigidos por Almada consiguieron la victoria.
Al arribar al Saroldi sobre las 15:40 me encuentro con dos filas enormes, una para sacar entrada y otra para ingresar. La cola para ingresar era de casi una cuadra, avanzaba a paso lento, y recién pude entrar con el partido ya empezado.
Mientras mucha gente seguía afuera, los que estábamos adentro no teníamos lugar para ubicarnos. Un pulmón innecesario, una cabecera vacía, los hinchas hacinados y gente afuera que se quedó sin entrada. Nuestros dirigentes... en Punta del Este.
Otra demostración de la impresentable conducción del fútbol uruguayo, que favorece a los que rompen todo, y que hace todo lo posible para que los normales no vayamos más. Agrego que hacía mucho calor y no había agua en los baños, ni bebidas disponibles en los puestos de venta. Completito.
La concurrencia en general fue muy buena, y no sorprendió que Wanderers agotara sus localidades, sorprende no haberlo previsto. Nosotros nos preocupamos por los palquistas y butaquistas de otros clubes, ¿y por nuestra gente quién se preocupa?
De lo que pasó dentro de la cancha no hay mucho para decir, se dio un juego dentro de lo esperado. Fue de ida y vuelta, con los dos equipos intentando desequilibrar por abajo.
Nos fuimos al descanso con nuestros dos volantes centrales amonestados. Era bastante probable que alguno de ellos no completara los 90’, y así fue: sobre los 15’ del complemento Santiago vio la segunda amarilla y comenzó otro partido. Nos quedábamos con uno menos, con el agravante que perdíamos al que hasta ese momento era el mejor jugador de la cancha.
A los pocos minutos el “Chapa” (de gran partido) perdió una chance clara, y en la recarga llegó el gol darsenero. Arias hizo cambios buscando el empate, los jugadores buscaron por todos lados, pero el marcador no se modificó.
Es de esos partidos que cualquier falla o ventaja se paga caro. Mientras estuvimos 11 contra 11, parecía que lo podíamos ganar. A partir de la roja se nos hizo muy cuesta arriba, era lógico teniendo en cuenta el potencial del rival.
Creo que River está mejor balanceado que nosotros, más equilibrado en sus líneas. Uno piensa en chiquititos veloces imposibles de contener. Pero tengo claro que los aportes de Taborda, Cristian González y W. Martínez son fundamentales. Tipos experientes que sostienen al equipo, y cuando hay que poner presencia o ir al frente no se esconden.
A Wanderers le faltan un par de “veteranos” más en el plantel. En ese rubro tenemos únicamente a Sergio Blanco, y considero que la diferencia entre pelear y definir puede estar ahí.
No me fui enojado de la cancha, se hizo todo lo que se pudo, estuvimos cerca. Sigo lamentando los 3 puntos contra Peñarol, pero cuando me ganan jugando mejor, lo acepto.
La posibilidad de pelear la Tabla Anual parece ya muy lejana, debemos enfocarnos en lo que resta del Clausura, que cualquiera lo puede ganar, está todo muy apretado.
Ahora tenemos otra final ante Danubio, es en nuestra casa y no podemos fallar. No tengo dudas que nuevamente estaremos ante 5 o 6 mil personas en las tribunas.