Sin DT y con mucho frío

Como ya es costumbre con Arias al frente, volvimos a dar pena en el Estadio, ante un mediocre Peñarol.

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Con este, ya son 11 los partidos ante los mal llamados grandes con este entrenador. Se perdieron nueve y se empataron dos. Dos unidades en 33: 6% de los puntos obtenidos. ¿Clarísimo, verdad? ¿No mira esto nuestra gente y la dirigencia?

No me interesa jugar lindo y ganar partiditos. Si un club quiere crecer debe acortar distancias contra los más poderosos. Y desde que asumió Arias las distancias se han acrecentado terriblemente. ¡Yo quiero ganar estos partidos! Por lo menos alguno, estoy aburrido de perder, de ver a un equipo sin sangre y con miedo.

Hoy cualquiera va al Estadio o al Parque y gana, Nacional y Peñarol se caen a pedazos. Al único que le siguen ganando con la camiseta es a Wanderers.

El planteo inicial fue vergonzoso. Muy simple, todos atrás. El DT del “equipo que mejor juega” salió a jugar como un conjunto recién ascendido que busca el puntito para mantener la categoría.

Sumado a esto, salvo excepciones, la diferencia anímica y de actitud fue tremenda. Una vez más a la mayoría de nuestros jugadores les quedó gigante el partido.

Yo realmente no comprendo cómo se les puede tener tanto miedo a hombres que se arrastran en la cancha, como Valdez o Darío Rodríguez, por citar algún ejemplo.

Este deporte es para hombres, para definir un torneo no alcanza con tocar para los costados o ganar contra equipos que pelean abajo. Hay encuentros decisivos, que se ganan jugando y también con presencia, yendo al frente en todos los aspectos.

Pero la realidad es que salvo dos o tres excepciones, nuestros jugadores en el rubro actitud han faltado a la cita constantemente, y lo seguirán haciendo mientras esté el Sr. Arias siga al frente del plantel.

Me voy a quedar con el partidazo del pibe Ramírez, que con 18 años fue de los pocos que estuvo a la altura. Fue a todas sin importar a quién tuviera a su frente. Algo de calor entre tanto frío.

Sergio Blanco fue el mejor del primer tiempo. Increíblemente el atrevido de Arias lo sacó cuando expulsaron a Bueno, una falta de respeto.

Riolfo encaró a todos cuando ingresó, otro que no le pesó el partido.

Y Guzmán Pereira impuso su presencia en mitad de cancha, pero por tercer encuentro consecutivo regaló un gol de manera increíble. Juventud, Fénix y ahora Peñarol. Está confundido, debe jugar para el equipo y no para él. Su egoísmo está perjudicando mucho al club, alguien capacitado debe hablar con él.

Quedó más que claro que nos falta mucho para pelear un Campeonato Uruguayo. Sobran talento y condiciones técnicas, falta de lo otro, y mucho. A luchar por ir otra vez de paseo a la Sudamericana, a molestar pero nunca concretar.

Ahora nos vamos a quejar del juez y decir que perdimos por los penales no cobrados, que nos cocinan, que siempre lo mismo. Yo me pregunto: ¿cómo hacen los demás? Hay que poner lo que hay que poner y mandarla a guardar, no hay otra receta.

El periodismo que no ve el 90% de nuestros partidos seguirá con el bombo hacia Arias. A mí nunca me gustó y lo ratifico cuando llegan estos partidos. Planteos mezquinos, cambios increíbles. No tiene ningún tipo de autoridad, ha sido constantemente maltratado por pibes que han hecho muy poco en Wanderers.

El colmo fue el partido con Fenix, donde un jugador que quedaba fuera de la lista de concentrados, lo fue a increpar y se ganó un lugar en el banco y 45 minutos en cancha, con nulo aporte como nos tiene acostumbrados hace varios años. Hoy ese jugador sí quedo afuera del plantel.

Salgo del Estadio y prendo la radio, hago un breve zapping por las transmisiones de futbol. “Peñarol lo ganó con la chapa”, “otra vez Wanderers no estuvo a la altura”, “volvió a decepcionar en el Estadio”, “muy blandito”, “les pesa este tipo de rivales”.

Dos puntos en 33 ante Nacional y Peñarol con “el Guardiola del fútbol uruguayo”.

¡Estoy re caliente!