¿Tanto cuesta?

Tras una semana por demás irregular, Peñarol buscará su primera victoria en la Copa ante Arsenal.

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El equipo de Fossati comenzó la semana pasada de la mejor manera. La victoria ante Danubio significó no solo acercarse a los primeros puestos en el Clausura, sino el encarar el campeonato ya habiendo disputado los encuentros contra los rivales más fuertes.

Luego de ese 2 - 0 de visitante, el encuentro ante Rentistas parecía ser un trámite, pero al igual que las luces de la Olímpica, el conjunto aurinegro se apagó de manera sorprendente y terminó dejando escapar una oportunidad única de acercarse al puntero.

El ambiente mirasol volvió a colmarse de dudas e incertidumbre. Y es que la derrota ante el bicho colorado se hizo muy difícil de asimilar. Pero cierto es que el fútbol da revancha, y es bueno cuando esta viene rápido.

El domingo a las 17 horas ya estábamos de vuelta en el Centenario jugando ante Wanderers, y aunque el encuentro no arrancó de la mejor manera, se vio al mejor Peñarol desde el clásico del Apertura a esta parte.

En el segundo tiempo y con un jugador más, el carbonero logró remontar un 1 - 0 adverso  y hacerse con el partido. Fue decisivo el gol de Jonathan Rodríguez a diez minutos del final, así como el buen pie que mostró el peruano Hurtado durante los 90.

La regularidad de la que hablamos en nuestra columna pasada, y que se nos hace esquiva partido a partido, nos espera en la vecina orilla. Mi pregunta es: ¿Qué tan lejos estamos del nivel de Arsenal? No estamos hablando del equipo de Arsene Wagner, sino de un club argentino que, aunque en ascenso, no es un rival imposible.

Tomando en cuenta la localía y el volumen de juego del equipo del DT Gustavo Alfaro, sin duda que estamos en presencia de un sólido adversario, al que debemos respetar pero no temer. Pero creemos que Peñarol tiene argumentos como para sacar algún punto de esta visita a la provincia de Buenos Aires.

Como ya anticipó nuestro entrenador, el campeón del siglo se juega su clasificación en los dos encuentros ante estos “Gunners” porteños. En estos tiempos, pedir un empate de visitante parece una exigencia irrealista, pero me siento confiado como para tomarme ese atrevimiento.

Confío en nuestro cuerpo técnico y en nuestros jugadores y sé que no han tirado la toalla en lo que a la competición internacional respecta, que a pesar de los malos momentos, no deja de ser una obsesión.