Tres años más tarde...
Sufrimos una derrota ante Peñarol que nos quita el invicto pero no las ilusiones de la cuarta estrella.
En la tarde del sábado a la tarde, Jardines se vestía de gala para recibir la quinta fecha del Torneo Clausura, llegando con toda la ilusión de lograr ganar a los equipos “grandes” de nuestro país las cuatro veces que los enfrentamos en el año futbolístico, pero no se pudo lograr.
Con poco fútbol y mucha marca, transcurría un mal primer tiempo con simplemente algún intento desde afuera del área de ambos equipos, y una llegada que Castillo le tapa muy bien a Camilo.
Las áreas no se pisaban prácticamente hasta que, en el final del primer período, nos cobran un penal tan increíble como inexistente. En la primera jugada que un lateral rival logra desbordar, nos vemos (nuevamente y casualmente) perjudicados por los señores árbitros de este bendito fútbol uruguayo. Y sí, todos los penales no los va a atajar Salvador. Penal y gol.
Qué calentura, en un primer tiempo que fue malo, pero que fuimos levemente superiores (para un empate, póngale), nos vamos al vestuario con un 1 - 0 abajo y a remarla.
Sin cambios al segundo tiempo, un segundo tiempo que para mi gusto ameritaba más ambición ofensiva, ya que el rival se limitó a defender su arco y si se daba alguna contra por ahí atacaba.
Y cómo nos cuesta, che, cuando se nos meten atrá. Nos cuesta más que a nadie, nos cerraron los caminos por los costados y poca cosa pudimos hacer. Para peor, en una desafortunada salida entre Hugo y Camilo, se la pasamos a Zalayeta, la adelantó unos metros y a cobrar, 2 - 0 abajo. ¿Y ahora? Ni el “Tuna”, ni Marcelito, ni nadie pudo cambiar el resultado ni las formas.
Lo mejor (1): La casaca. ¡Qué linda que está la Umbro! De lo mas lindo en años, felicitaciones a los diseñadores de la camiseta más linda (por goleada) del fútbol uruguayo.
Lo mejor (2): Lo que pasó después. Las derrotas domingueras de Nacional y Wanderers nos dejan un respiro más en la Anual. Igualmente, ojo con River.
Lo peor: Las variantes. No hablo de los cambios, sino de las variantes futbolísticas que no aparecen cuando los equipos rivales nos cierran determinados caminos y se nos “meten atrás”. No sabemos como entrarles.
Las figuras: Tres apellidos: Velázquez, Porras e Ichazo. El Indio, un animal, no se puede creer lo que marca y lo que hace después que tiene la pelota en los pies, el tipo te sale jugando con una serenidad que asombra.
Gonzalo Porras, un animal. Se puso el equipo al hombro, choques constantes y queriendo siempre. Y Salvador, no habrá sido su mejor tarde, pero saltar a la cancha y hacer un buen partido después de la semana que tuvo, es de destacar.
La perlita: “Marcelo, toda tu vida vas a ser Danubio”, le gritó un plateísta al autor del segundo gol. Yo qué sé, algo es algo.
Lo próximo: Juventud y en Las Piedras. Para mi gusto, nos deberíamos arriesgar un poco más. “Aprovechar” la ausencia del “Tito” Formiliano por lesión y jugarnos la ropa. ¿Zambrana de 10?, ¿otro punta y jugar con 3 delanteros? Opciones para generarle más a los equipos que se nos meten atrás.
Qué le va a hacer, siempre no se puede ganar. Falta mucho, diez fechas, estamos primeros y ya jugamos contra Nacional y Peñarol.
A no quedarse, ¡todos a Las Piedras a alentar al Danu!
Con poco fútbol y mucha marca, transcurría un mal primer tiempo con simplemente algún intento desde afuera del área de ambos equipos, y una llegada que Castillo le tapa muy bien a Camilo.
Las áreas no se pisaban prácticamente hasta que, en el final del primer período, nos cobran un penal tan increíble como inexistente. En la primera jugada que un lateral rival logra desbordar, nos vemos (nuevamente y casualmente) perjudicados por los señores árbitros de este bendito fútbol uruguayo. Y sí, todos los penales no los va a atajar Salvador. Penal y gol.
Qué calentura, en un primer tiempo que fue malo, pero que fuimos levemente superiores (para un empate, póngale), nos vamos al vestuario con un 1 - 0 abajo y a remarla.
Sin cambios al segundo tiempo, un segundo tiempo que para mi gusto ameritaba más ambición ofensiva, ya que el rival se limitó a defender su arco y si se daba alguna contra por ahí atacaba.
Y cómo nos cuesta, che, cuando se nos meten atrá. Nos cuesta más que a nadie, nos cerraron los caminos por los costados y poca cosa pudimos hacer. Para peor, en una desafortunada salida entre Hugo y Camilo, se la pasamos a Zalayeta, la adelantó unos metros y a cobrar, 2 - 0 abajo. ¿Y ahora? Ni el “Tuna”, ni Marcelito, ni nadie pudo cambiar el resultado ni las formas.
Lo mejor (1): La casaca. ¡Qué linda que está la Umbro! De lo mas lindo en años, felicitaciones a los diseñadores de la camiseta más linda (por goleada) del fútbol uruguayo.
Lo mejor (2): Lo que pasó después. Las derrotas domingueras de Nacional y Wanderers nos dejan un respiro más en la Anual. Igualmente, ojo con River.
Lo peor: Las variantes. No hablo de los cambios, sino de las variantes futbolísticas que no aparecen cuando los equipos rivales nos cierran determinados caminos y se nos “meten atrás”. No sabemos como entrarles.
Las figuras: Tres apellidos: Velázquez, Porras e Ichazo. El Indio, un animal, no se puede creer lo que marca y lo que hace después que tiene la pelota en los pies, el tipo te sale jugando con una serenidad que asombra.
Gonzalo Porras, un animal. Se puso el equipo al hombro, choques constantes y queriendo siempre. Y Salvador, no habrá sido su mejor tarde, pero saltar a la cancha y hacer un buen partido después de la semana que tuvo, es de destacar.
La perlita: “Marcelo, toda tu vida vas a ser Danubio”, le gritó un plateísta al autor del segundo gol. Yo qué sé, algo es algo.
Lo próximo: Juventud y en Las Piedras. Para mi gusto, nos deberíamos arriesgar un poco más. “Aprovechar” la ausencia del “Tito” Formiliano por lesión y jugarnos la ropa. ¿Zambrana de 10?, ¿otro punta y jugar con 3 delanteros? Opciones para generarle más a los equipos que se nos meten atrás.
Qué le va a hacer, siempre no se puede ganar. Falta mucho, diez fechas, estamos primeros y ya jugamos contra Nacional y Peñarol.
A no quedarse, ¡todos a Las Piedras a alentar al Danu!