Volvió la magia, volvió la ilusión
Los hinchas damos las gracias porque volvimos a ilusionarnos.
Antes de comenzar a escribir lo que sería mi primera columna del hincha debo de agradecer a “Dobleveo” por confiar en mí y mis palabras para llevar a cabo esta tarea. Como el viejo dicho “técnico que debuta no pierde”, hoy columnista que debuta escribe sobre victoria.
Este partido significaba mucho para nosotros, no solo porque era contra un “grande” en el Centenario, sino también por lo que traía de fondo.
River venía de una semana cargada por el tema de la localía y la eterna lucha contra la burocracia del escritorio, contra los soberbios que hacen un campeonato injusto y ponen la palabra “seguridad” como excusa.
Cargada también porque aún no salió el fallo del partido contra Cerro, pero ya empiezan a aparecer las primeras las voces de que se juega el pico en marzo a puertas cerradas y el hincha se enfurece por la injusticia.
Cargada porque a último momento se nos lesionó Torrecilla y, por sobre todo, porque si queríamos apostar a algo este año no podíamos darnos el lujo de perder más puntos.
Pero el viejo River sabe la receta para salir de tanto aprieto: jugar buen fútbol. Y más o menos así fue. Digo más o menos porque en los primeros veinte minutos Nacional nos anuló a Alaniz y Gorriarán, carecimos de profundidad y nos obligó a jugar al pelotazo para el “Flaco” Taborda, con el desborde del “Rayo” Ramírez.
Lo mismo había pasado en Belvedere la fecha pasada. El mago Guille Almada y sus asistentes lo solucionaron cambiándolos de punta, para que volviera aparecer la magia del fútbol que nos viene deslumbrando hace tres años. Y nos despachamos con tres golazos.
Pero lo mejor de todo es que volvió un elemento que estuvo ausente en las primeras fechas y que nos costaron cinco puntos. Hoy River logró cerrar un partido y liquidarlo, por primera vez en el año.
Bien por Almada que leyó de manera fenomenal el juego, sabiendo que el 1 - 0 era insostenible en el Estadio y salió a proponer en el segundo tiempo y no a jugar de contra.
Es un camino muy largo que recién comienza, pero que con este resultado devuelve la ilusión de que lo estuvimos acariciando los campeonatos pasados. Los hinchas damos las gracias porque volvimos a ilusionarnos.
Volvió la magia, volvió la ilusión...
Este partido significaba mucho para nosotros, no solo porque era contra un “grande” en el Centenario, sino también por lo que traía de fondo.
River venía de una semana cargada por el tema de la localía y la eterna lucha contra la burocracia del escritorio, contra los soberbios que hacen un campeonato injusto y ponen la palabra “seguridad” como excusa.
Cargada también porque aún no salió el fallo del partido contra Cerro, pero ya empiezan a aparecer las primeras las voces de que se juega el pico en marzo a puertas cerradas y el hincha se enfurece por la injusticia.
Cargada porque a último momento se nos lesionó Torrecilla y, por sobre todo, porque si queríamos apostar a algo este año no podíamos darnos el lujo de perder más puntos.
Pero el viejo River sabe la receta para salir de tanto aprieto: jugar buen fútbol. Y más o menos así fue. Digo más o menos porque en los primeros veinte minutos Nacional nos anuló a Alaniz y Gorriarán, carecimos de profundidad y nos obligó a jugar al pelotazo para el “Flaco” Taborda, con el desborde del “Rayo” Ramírez.
Lo mismo había pasado en Belvedere la fecha pasada. El mago Guille Almada y sus asistentes lo solucionaron cambiándolos de punta, para que volviera aparecer la magia del fútbol que nos viene deslumbrando hace tres años. Y nos despachamos con tres golazos.
Pero lo mejor de todo es que volvió un elemento que estuvo ausente en las primeras fechas y que nos costaron cinco puntos. Hoy River logró cerrar un partido y liquidarlo, por primera vez en el año.
Bien por Almada que leyó de manera fenomenal el juego, sabiendo que el 1 - 0 era insostenible en el Estadio y salió a proponer en el segundo tiempo y no a jugar de contra.
Es un camino muy largo que recién comienza, pero que con este resultado devuelve la ilusión de que lo estuvimos acariciando los campeonatos pasados. Los hinchas damos las gracias porque volvimos a ilusionarnos.
Volvió la magia, volvió la ilusión...
