Trago amargo el del domingo, ¿no? Pero acá estamos vivos aún, con la resaca del lunes y un malambo de ideas que va a tres mil kilómetros por segundo de una punta de la cabeza a la otra.

Nos estamos bancando la clásica broma del compañero de trabajo, la del cuadro "casi casi". Estamos prendidos a la radio y leyendo alguna nota que nos hace sacar chispas y un sentimiento de impotencia, peor de que nos hubiesen robado cualquier objeto de valor.

Y es lo lindo que tiene esto de estar peleando en las dos tablas por cosas importantes y no ser uno más de mitad de tabla.

Del partido del domingo, sinceramente mejor no hablar. Solo agregar que todos tenemos días malos, y se equivocan los que dan a este cuadro por muerto.

Quiero hablar del futuro, de lo que se viene. Quedan 15 puntos. Estamos a tres puntos del líder del Clausura y dos por abajo en la Anual. Ahora es el momento de demostrar para lo que estamos, ya no hay margen para el empate y menos para perder.

Algunos van a pensar que necesitamos un milagro: cuatro jugadores expulsados y  Damián Frascarelli suspendido por quinta amarilla. Sí, quizás necesitemos eso y más, pero de acá nadie se va a ir sin intentarlo.

Que el milagro empiece por nosotros, los hinchas. Apaguemos la radio, dejemos de leer y mirar toda la basura contaminante que nos enfurece, gente que saca conclusiones de un partido de 90 minutos mirando un compacto de dos minutos.

Concentrarnos en las cinco finales que quedan, que todo sea para bien y si en algún momento la cosa se pone dura, agradezcamos que este enojo es por estar peleando bien arriba.

Ya lo vivimos en estas últimas fechas, van a buscar bajarnos a toda costa, pero si este equipo tiene memoria de su buen fútbol, estoy seguro de que no van a poder con nosotros ni rivales, ni jueces.

Frente en alto y alentar como si estuviésemos jugando. Que el domingo por la noche más de uno se va a lamentar por habernos dados por muertos.