La gloria nos espera

Estamos en semifinales otra vez y otra vez buscando el sueño de un campeonato, de un bicampeonato.

aguada.jpg

Empezó abril casi sin darnos cuenta, entre festejos, entre partidos, entre idas y venidas. Muchas veces costó contar en frases, poner en palabras, el sentimiento que genera tener un equipo con esta jerarquía. Es imposible no pararse y pensar un año atrás, abril del 2013, cuando empezaba un sueño, cuando este hoy era tan lejano e imposible, cuando se empezaba a hacer historia.

Aquel cuadro de barrio, aquel estadio que dejaba la puerta abierta, porque no cerraba, hoy es el campeón nacional, es el segundo en Sudamérica y el tercero de América, pero para nosotros es siempre un poco más. Implacable rocanrol y un par de sienes ardientes que son todo el tesoro.

Porque más allá de los resultados deportivos, atrás de cada pelota que pica, de cada gol convertido, de cada laurel conquistado e incluso detrás de cada derrota está una marea inmensa de gente, personas que siguen los colores dejando a un lado todo, y solo se puede hablar de amor. Un amor que nos mueve, que nos paraliza, que crece y que no decrece jamás.

Salir del país, entrar a un avión, con las mismas personas que viste a tu lado entrar una y otra vez a una y otra cancha. Viajar con el único motivo de verte, de sentirte, de alentarte y ahora volver acá para seguir el camino sin trastabillar, un amor que no conoce de decepciones.

Ahora preso en mi ciudad, estamos en semifinales otra vez y otra vez buscando el sueño de un campeonato, de un bicampeonato. Una vez más enfrentamos a Defensor en playoffs, ya sabemos de partidos, de juegos, de sangre y de valentía, de esfuerzo y de estrategia, sabemos ser pueblo y sabemos ser grandes.

Juguemos como sabemos, defendamos y ataquemos, alentemos, cantemos y estemos todos porque en camino estamos y la gloria nos espera.